El riesgo de cáncer
Frente a un cáncer de próstata, hay un tratamiento que puede implicar algunos riesgos. La conversación del paciente con su médico es crucial.
Dolor al orinar o al eyacular, son signos que en varones mayores de 50 años los alerta sobre un posible cáncer de próstata. Para muchos de ellos fue un alivio que el 2012, el Grupo de Trabajo de Medicina Preventiva de los Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés) dejara de recomendar un chequeo de rutina, pero esta disposición nuevamente ha cambiado.
La USPSTF ahora sugiere que la evaluación comience a los 55 años y se prolongue hasta los 69 años, pero la decisión de hacérsela recién debe tomarse luego de que el paciente reciba de su médico la explicación sobre los beneficios o riesgos que implican los exámenes de detección precoz de cáncer de próstata.
¿Por qué ocurren complicaciones?
Según explica el oncólogo peruano Elmer Huerta en un artículo médico publicado en un diario local, para un diagnóstico se tienen las opciones de un examen rectal para palpar la próstata y una prueba PSA (Antígeno Prostático Específico) en la sangre.
Cuando hay dudas sobre un posible cáncer de próstata se recurre a una biopsia y de confirmarse el cáncer, se recurre a un tratamiento que abarca cirugía, radioterapia u hormonas.
Sin embargo, dice Huerta, los estudios han demostrado que estas opciones de tratamiento no van a alargar la vida del paciente, pero sí podrían generar complicaciones como disfunción eréctil o incontinencia urinaria.
Y es que -explica al experto- son dos tipos de cáncer de próstata, uno de bajo riesgo (más común) y otro de alto riesgo (es minoría) que puede matar rápidamente. Ambos, sin embargo, son tratados igual y el impacto en los casos más leves es perjudicial.
Conversar con el médico
La USPSTF concuerda con la Sociedad Americana del Cáncer, el Instituto Nacional del Cáncer y la Asociación de Urólogos Norteamericanos, en que el médico debe informar al paciente sobre los riesgos que corre al decidirse por un tratamiento contra el cáncer de próstata. También existe la alternativa de optar solo por la observación periódica.
Los más escépticos creen que los médicos no se darán el tiempo de poner en práctica la recomendación y seguirán ordenando la prueba de PSA. El paciente que se enfrente a un resultado positivo tendrá que entrar en la disyuntiva de si asume los riesgos y sigue un tratamiento.
Dolor al orinar o al eyacular, son signos que en varones mayores de 50 años los alerta sobre un posible cáncer de próstata.
Cáncer de próstata: Conozca los factores de riesgo para padecerlo
El aumento de edad, el origen étnico y la herencia son tres factores que se identifican como riesgos para que los varones padezcan de cáncer de próstata.
El cáncer de próstata (CaP) es uno de los problemas médicos que más temor causa en la población masculina, porque las cifras arrojan que en cifras, supera a los cánceres de pulmón y colon rectal, siendo una de las mayores causales de muerte en el mundo,
Si bien el CaP afecta con mayor frecuencia a los adultos mayores varones ancianos, eso no quita que los más jóvenes estén alertas a un chequeo preventivo para evitarlo.
Sobre este tema y algunos mitos que se tejen alrededor de él, Cuidando Tu Salud convocó la participación del urólogo Ernesto Martínez Chirinos, cuyo diálogo con el Dr. Elmer Huerta reproducimos.
Factores de riesgo
Si bien hasta ahora no se conocen totalmente las causas que originan el cáncer de próstata (CaP) se ha logrado identificar tres factores de riesgo: El aumento de la edad, el origen étnico y la herencia. Tener un familiar de primer grado con esta enfermedad, se duplica el riesgo como mínimo, lo que aumenta cuando hay más de dos familiares con CaP,
Las investigaciones también apuntan hacia los factores exógenos que influyen en el riesgo de progresión de la enfermedad como son el consumo de ciertos alimentos y alcohol, el modelo de conducta sexual, la exposición a radiación ultravioleta y la exposición laboral.
Estudio investiga si el ejercicio ayuda contra el cáncer de próstata
Investigadores del Reino Unido sugieren que el ejercicio puede resultar beneficioso para regular el crecimiento de las células cancerígenas.
Un nuevo estudio clínico anunciado este miércoles en el Reino Unido comprobará si el ejercicio físico puede ayudar a los hombres a combatir el cáncer de próstata y mejorar su esperanza de vida.
El ensayo, llevado a cabo por investigadores de la universidad inglesa de Sheffield, parte de la idea de que el deporte mejora la salud general y la calidad de vida, por lo que podría ayudar a frenar el crecimiento de células cancerígenas.
El equipo investigador, apoyado por la fundación contra el cáncer Research UK, hará un seguimiento durante doce meses a 50 hombres diagnosticados con cáncer de próstata localizado.
Durante este periodo, algunos de ellos realizarán sesiones aeróbicas semanales supervisadas, mientras que el resto de los voluntarios recibirá únicamente información sobre los beneficios del deporte.
¿Qué evaluarán?
Los investigadores examinarán a estos hombres a lo largo de este periodo y comprobarán sus niveles sanguíneos del antígeno prostático específico, una proteína producida por las células prostáticas cuya presencia ayuda a comprobar si el tumor está creciendo.
Si los resultados son alentadores, con una reducción de los niveles de la proteína, el equipo espera llevar a cabo un ensayo a mayor escala dentro de un año y determinar si el ejercicio puede ser un tratamiento que se ofrezca en el Servicio Nacional de Salud (NHS).
El director del estudio, Liam Bourke, apuntó que los datos sugieren que el ejercicio puede resultar beneficioso para regular el crecimiento de las células cancerígenas, reparar el ADN y evitar la extensión del cáncer.
«Se basa en lo que ya sabemos y es el primer paso hacia el descubrimiento de si la actividad física podría ser un tratamiento efectivo y práctico del NHS para el cáncer de próstata localizado», explicó.
El cáncer de próstata es una de las formas más comunes de cáncer entre hombres, con 43.400 pacientes diagnosticados cada año y en torno a 10.800 casos de muerte en el Reino Unido.
Los tratamientos actuales contra esta enfermedad incluyen la intervención quirúrgica y la radioterapia, pero ambas acarrean riesgos y efectos secundarios. (vital.rpp.pe)