Verde. Verde. Verde. Por donde caminas en Dublín te chocas con un parque, un parque de hojas muy verdes. Seguro que cuando Casement estuvo por la floresta peruana no le sedujo el verde de la selva, más bien le atrajo el paisaje humano, muy desgarrador, que encontró en esos rincones del mundo. Un día nos dimos unas vueltas en autobús, mi amigo Oliver Coomes, me decía que era una buena manera de hacerse la idea de la ciudad y tenía razón, así llegamos al mural de U2, a la estatua de Molly Malone de Grafton Street o a la fábrica de la mítica cerveza malteada Guinness, claro está, me bebí una pinta, a mi padre le gusta este tipo de cerveza a mi lo justo para degustarla. Pero en esta excursión lo que más me impresionó fue Phoenix Park, un parque de casi treinta hectáreas para el ocio de todos y todas. Es un remanso de tranquilidad, todavía ambulan gamos por esos prados. Hay escenas idílicas que las cámaras fotográficas no pueden registrar, quedan en nuestras retinas para escamotearlas en el recuerdo. Como ingresar al Trinity College donde pasaron Joyce, Beckett – quien era un espigado jugador de cricket, y el verde de su suelo siempre presente. Era un trasiego de estudiantes que entraban y salían, algunos buscaban su alojamiento dentro del campus. Una ciudad que rinde homenaje a los árboles y a estos espacios para el ocio dice mucho a favor de ella. Confieso que leer los mapas siempre me confunde, no se trasvasar el plano a la realidad (¿será un defecto de oficio?), me llevo muchos chascos como el salir por una calle diferente y muy lejos de mi objetivo, S sonríe teñida de comprensión ante mi despiste tropical de leer los mapas, y eso que me fascinan los temas de Derecho y Geografía. Así recreándonos de cada calle llegamos a St. Stephen´s Green, donde después de cruzarlo de una punta a otra llegamos a una estatua que rinde homenaje a Joyce. Casi todo esta romería lo hemos hecho a pie, es la mejor forma de penetrar y pulsear una ciudad.

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1 COMENTARIO

  1. Ellos allá en Irlanda sabían que sus parientes emigraron a la Argentina y mi madre y sus 11 hermanas/os aquí sabían de sus ancestros en Irlanda. De niño escuchaba historias de Westmeath el condado y de sus localidades: Mullingar ó Ballynacarrigy,
    y se produjo el milagro: una tía viaja y deja un aviso en un diario, vienen 14 carillas de una prima segunda de mi madre y tías. Era 1980 y viajaba a Europa con mi familia y ….agregué Irlanda. Qué emoción encontrarnos y como dicen me quedó grabado para siempre el verde de esta isla de ensueño

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