No se crea que el comercio fue oficio de extraños en la lejana maraña por los años de 1851, la cual le da una imagen desactualizada a Loreto con respecto al tema del comercio moderno, cuando fue por esos tiempo que en la isla, el tratamiento financiero y comercial estaba al día de los ejemplos europeos de la cual no tenía nada de que envidiar un Loreto europeizado y pequeño emprendedor. Y acaso fue el tratado con Brasil 1859 lo que levantó interés a fundar casas comerciales en un lugar que se creía que se encontraba lejos de la modernidad del viejo mundo. Dicho tratado fue de gran importancia, destaca Raimondi, para la región Loreto, por la cual que se cita la existencia que en Moyobamba numerosos comerciantes  exportaban  sombreros de Panamá directamente al Brasil o los vendían a casas comerciales extranjeras establecidas en Nauta, especialmente a casas luso-brasileñas. Esta actividad fue fortalecida diez años después cuando se inauguró una línea regular de vapores entre Iquitos y Yurimaguas, la cual le había de servir para sembrar confianza comercial y financiera en las casa de comercio que ya se habían apoderado del mercado de la ciudad.

En Nauta, un poblado que había prosperado gracias a la apertura del Amazonas peruano a la navegación internacional había sido reportado también por Raimondi como otras dos casas comerciales más importante de la región. Entonces Iquitos rural no dejaba de poseer las característica propias de una pequeña aldea rural y moderna,  Raimondi anotó la existencia de un gran número de bien surtidas casas de comercio al por mayor, algunas de las cuales tenían un capital de entre 50,000 y 100,000 pesos, es decir, de entre 8,000 y 16,000 libras esterlinas.  Todo este movimiento de capital financiero giraba en la exportación de sombreros de Panamá, algodón y pescado salado que no se envolvía en periódico sino que se cuidaba de la calidad de su embalaje para que sea llevado hasta Europa y a todo el Brasil. Como resultado del crecimiento sostenido del comercio internacional, Brasil, Francia y Alemania nombraron representantes consulares en la ciudad de Moyobamba.

La exportación de sombreros de Panamá no solo fue una actividad de unos cuantos sino que este acumulaba un elevado capital para otros comerciantes que se encontraban establecidos en otras aldeas rurales de la cuenca del Huallaga, tales como Tarapoto y Yurimaguas. Entonces se desmitifica que el comercio pujante y creciente no solo apareció a partir de la temporada infernal del caucho (1890) y que antes de esta el comercio era primario y vegetativo sin estrategia para aspirar a un mayor crecimiento y por la dependencia de recursos ajenos que esperaba siempre la buena voluntad caprichosa de la casas comerciales de manaos y Belén para ser apoyado con diminutas inversiones de créditos, y que muchas veces se limitaban a esta inversión sabiendo que adónde iba la inversión no les dejaría muchas ganancias. Otro de los mitos para empañar el gran comercio independiente y capitalista de la historia comercial en Loreto es que el tráfico comercial se hizo más importante y más remunerativo gracias al auge del caucho, y que fueron los intermediarios y representantes de las casas comerciales europeas quienes tomaron estos negocios en sus expertas manos, limitando el comercio local a roles pirateros como el de burlar los derechos de aduana para obtener unas pequeñas ganancias.

Como es visto, los mitos tomados como datos históricos han hecho daño a comprender la vida comercial pasada en la maraña y que esto nunca ha permitido comprender una mejor historia de auge independiente poniéndonos en un nivel inferior en el comercio, cuando se sabe, gracias a los datos de Raimondi, que hubo biografías de comerciantes del Huallaga que pasaron a ser dueños de algunas de las más importantes y duraderas casas comerciales de Iquitos, y que esto le da una imagen más pujante al comercio loretano antes de aquella temporada infernal que para los indígenas del putumayo fue derramamiento de sangre que manchó las páginas blancas de la historia de Loreto.