Días grises
La grisura y el desencanto parecen ser el norte por estos días de otoño. La selección peruana de fútbol ha caído en picado y sin paracaídas, estamos casi en el sótano de la tabla de posiciones. En sus últimos seis partidos no ganó ninguno, cifra que sería una engorro y muchos insomnios para cualquier entrenador salvo para Markarian que ella balones fuera culpando y responsabilizando a medio mundo salvo a él (si mal no recuerdo el presidente de la región Loreto estuvo de cicerone en esta frustrada aventura hacia el mundial). Pero así como están las reglas de juego en estas competiciones no vamos a ir nunca a un mundial (mis sobrinos que frisan los veinte años y pocos no conocen a la selección peruana en un mundial, les pido paciencia estoica). Eso de todos contra todos no nos favorece. Alguien dijo una vez que podría dividirse en un grupo de malos y de bueno, obviamente por nuestro rendimiento estaríamos en el primer grupo y creo que las opciones (salvo predicción negativa de un shaman) podrían ser nuestras. Amén de la infraestructura de este deporte (no es solo construcción de estadios si no también un buen entrenador, dirigencias entre otras cosas), los procesos y los resultados que están en rojo. Hay que pensarlo de otra manera. En este camino del desaliento hace poco se anunció un premio literario muy jugoso en términos no sólo económicos y la finalista resultó ser una exministra de Cultura del gobierno de Zapatero ¿? A primera vista algo huele mal en ese premio (desde que llegué a la península las personas consultadas sobre este premio dicen que repugna) a simple vista pareciera que hubiera un serio conflicto de interés al menos eso nos señala el sentido común. No es la mejor forma de entrar al parnaso de los premios. El día sigue gris.
