No sé si se han dado cuenta que estamos a menos de tres meses, exactamente a 75 días, de las elecciones regionales y municipales, que, no sé si como presagio de lo que se nos puede venir cae justo domingo 7 de octubre. O sea, está aquisito nomás, a la vuelta de la esquina. Crucemos los dedos.
Me imagino que ante esto por lo menos ya se están preocupados por saber dónde está guardado su DNI, porque esa mala costumbre de dejarlo todo para el día de las elecciones ya es crónico lamentablemente en muchas personas. Pero eso no va a ser lo peor, ni siquiera esas correrías por querer averiguar dónde te toca votar, cuando las manecillas del reloj ya se acercan a las 4 de la tarde, hora del fin de la jornada. Lo terrible será, una vez más, que una inmensa mayoría de electores llegará a la cámara de sufragio sin conocer qué proponen en sus planes de gobierno los candidatos, incluyendo aquél al que irresponsablemente regalarán su voto aquella tarde. Llegarán una vez más a jugar la tómbola.
Y es ahí que comienza nuevamente el círculo vicioso, porque podemos elegir al menos indicado para condenarnos 4 años más al atraso. Entonces, fiel a nuestro estilo, desde el dos de enero del 2019 ya nos estaremos quejando, lamentando y hasta tramando la revocatoria a tal o cual fulano que ni se acaba de acomodar en su puesto de autoridad electa, gracias, precisamente, a la ligereza de la mayoría. Arrepentirse pese a la advertencia y experiencias del pasado. Será como llorar sobre la leche derramada. Lamentos en la playa. Y eso, pues de nada sirve.
Por eso en estas 11 semanas que faltan para el día de la verdad, podemos hacer el intento de ser exigentes con estas señoras y señores que, dizque, desean de corazón, por su desbordante amor al prójimo, porque la vocación de servicio les brota por los poros, ser nuestras próximas autoridades. Podemos hacer el esfuerzo de pedirles que dejen de pelar las muelas y nos digan seriamente qué tienen planificado para gobernar nuestro distrito, provincia o región. Es posible que les preguntemos, repreguntemos y requetepreguntemos hasta el cansancio, sobre cómo piensan solucionar cada uno de los problemas que existen en el lugar donde vivimos.
Porque una cosa debes tener en claro, ciudadano, estas personas no postulan para ser tus jefes, los todopoderosos que harán o desharán como les venga en gana en su gestión. Porque por más que se han esmerado las pasadas y las actuales autoridades en hacerte creer que eso de mandatario es porque te van a mangonear, porque ellos son los reyezuelos y el pueblo su lacayo, pues déjame decirte que es estrictamente al revés. Son ellos, tras ser elegidos, que se convierten en nuestros servidores, empleados, los que harán los mandados. Entonces, debemos cumplir con un solo requisito. Ser responsables con nuestro deber ciudadano. Debemos saber elegir al mejor, al adecuado, al indicado. No al menos malo o al tonto útil para vengarnos del rival político.
Entonces, mi querido amigo, déjate de vainas. Sacúdete, no dejes que tu legítimo derecho a ser militante o simpatizante de tal o cual agrupación en contienda electoral, sea sinónimo de tener una venda en los ojos, mucho menos la justificación para querer convencer -incluso violentamente- a los demás que tu candidato debe ser el triunfador tan solo porque eso significa chamba para ti, la oportunidad laboral, la ocasión perfecta para chapar un puesto de confianza en tal o cual dependencia pública. Y si no tienes puesta la camiseta de ningún partido o movimiento, pues no permitas que nadie quiera torcer tu voluntad. La decisión final es tuya y de nadie más.
La politiquería no puede ser la ganadora otra vez, por eso infórmate, cuestiona, indaga y averigua. Confronta, compara y valora. Mira, observa y analiza. Ya no dejes que secuestren tu valioso voto con un miserable regalito, por una fiestecita con trago incluido en tu barrio o tu pueblo. No te dejes sorprender por un banner, por el bombardeo de propaganda o por las entregas de obras -así les llaman ahora a las inauguraciones, no ves que estas están prohibidas- al por mayor que siempre se dan previa a las elecciones.
No tires tu futuro, ni el de tu familia, ni el de tu pueblo al fango. Lo que vayas a marcar en tu cédula es de mucha importancia para el destino de todos. No te eches. Que ya no te digan que eres un ignorante. Ni mucho menos permitas que unos miserables continúen convirtiendo la política en un botín de oro. Un voto bien pensado te hará un mejor ciudadano. Tú tienes el poder. #PiensaBienDecideBien
@RMezaS
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