Los bebés son muy lindos, hasta que crecen y se conviertes en niños que tienen sus propios deseos y caprichos. Controlar a los niños es bastante difícil; una buena educación siempre es base de una persona sana y funcional, esto gracias a una infancia bajo control. Para poder criar a buenas personas debes pensar en que sus horas de sueño son sagradas: entre más descansado esté tu hijo mejor se comportará en su día a día.

Pero hay niños que se acostumbran a dormir en la cama de los padres hasta una edad avanzada, hecho que no les hace ningún bien. Si crees que es inofensivo un niño que ya habla y camina correctamente, y duerma contigo y tu pareja, estás en completa negación: los niños necesitan su espacio. Y como ya es un niño grande, se aferran más a sus caprichos y costumbres que el resto de los bebés.

Para estos casos, te damos un par de consejos para evitar que tus hijos sigan durmiendo en cama de sus padres. Recuerda que todo lo debes hacer con mucho amor y con paciencia.

  1. Que él escoja cómo quiere su recámara.

Deja que tu hijo vaya eligiendo cómo quiere decorar su cuarto, oriéntalo para que vaya escogiendo su cama y sus cobijas, esto hará que sienta que la recamara es suya y así sentirá afecto por ésta, querrá pasar más tiempo ahí.

  1. Agota su energía durante el día.

Un niño cansado es un niño que se va a la cama sin pretextos, solito irá a su cama y se quedará dormido de inmediato. Los niños no pueden ser sedentarios, quizá el trabajo y la vida diaria no permite que tú personalmente estés con ellos, pero procura que tengan diferentes actividades después de la escuela o la guardería para que no les sobre energía en la noche para hacer berrinches o travesuras.

  1. Establece la rutina a la hora de dormir.

Esto es preferente en los primeros años de vida, pero si tu niño ya tiene más de cuatro años, hazle entender que su rutina empieza desde el baño hasta llegar a su cama. Sé firme, no tengas miedo a ser duro con tus hijos, que las reglas queden claras desde un principio les hará un bien, sabrán que eres tú quien manda y no ellos.

  1. Sé consistente, firme y disciplinado.

Si eres una mamá que trabaja, quizá llegues a tu casa más que cansada y el tener que lidiar con tus hijos puede ser algo inconsistente si llegas agotada o no. Pero no te cuesta nada que todos los días haga lo mismo, a los niños la rutina les da seguridad, aprenden a seguir instrucciones. Con un mes que te dediques diariamente, con eso tiene un niño para aprender una rutina. El que persevera, alcanza.