Cómo el gobierno se descalabra ante la opinión pública, Augusto Álvarez se preguntó el día de hoy ¿qué tendría que hacer en este año que le queda de gobierno?, entiendo para tratar de salvar el barco y no termine hundido en las profundidades del olvido o, lo que es peor, ante la maraña de posibilidades de inestabilidad democrática que esto genera.
En realidad hay muchas cosas que podrían ayudar a esa imagen de beneplácito en la gente por un gobierno que se va. Es decir, de hecho el 10% de aprobación en Lima y en interiores el 8% que tienen Ollanta Humala podría detenerse conforme pasan los meses pues a la gente ya no le interesará que haga o deje de hacer porque existe la sensación del adiós. Claro que a ellos esto es lo que menos les interesa y realizar algunas acciones, inauguraciones, ataques, psicosociales en fin, cualquier acción o reacción estará enmarcada en la línea de recuperar oxígeno político.
Pero sin duda algo que sí tendrían que hacer es revalorar lo que se ha hecho bien. Los programas sociales no han sido bien difundidos y aunque en ciudades capital éste tema no vende mucho, lo lógico es que se revalore en los sitios donde podrían tener un colchón electoral para generar una mínima bancada. Los otros temas, que sí podrían generar una mayor expectativa es darle lo que grandes medios y sectores empresariales resaltan y que podría ser una catapulta.
Jaime Saavedra, actual ministro de educación debe ir en una posible plancha presidencial. Si éste ministro tiene un valor superlativo en la opinión de “sabelotodos” e incluso en los candidatos con mayor expectativa entonces hay que hacerlo candidato, antes incluso, que el impresentable Urresti. No creo que haya sido la panacea este ministro, pero los empresarios y medios se han tragado ese cuento que es el mejor ministro de los últimos 50 años.
Saavedra ha sido lento, es cierto en parte por culpa de Patricia Salas, pero también por una inexplicable decisión de no entregar o gastar más recursos en Educación. Perú sigue estando en el lugar más bajo en Sudamérica en gasto del PBI en Educación. Si en este último año se gasta un 4% en PBI y no el 2.8% en el que está, entonces la cosa sería fabulosa para la recuperación de este gobierno. Incluso más que bajar la pobreza cuando esta ya no se identifica de manera precisa.
Este aumento implica un incremento de los salarios de los docentes que además ya fueron evaluados y ya no hay la excusa de no subirles a todos por igual, pues a mayor mérito y escala mayor aumento. O incluso actuar al revés, incrementar significativamente a los de la base de la pirámide docente y ahí nomás tendría por lo menos 300 mil maestros, potenciales votos. Claro que la relación no es directa pero complementado con una propaganda adecuada y gasto en programas educativos que aún hoy caminan huérfanos pero que son exitosos.
Este hecho acompañado de una serie de acciones, más para el show que para las evidencias tangibles como educación podrían mejorar la situación del Gobierno. Que Humala se ponga a patrullar las calles junto con alcaldes, que entregue becas en los lugares más recónditos, y al menos deje en foto las grandes obras que hoy están ausentes y se olvide de Nadine, podrían ayudar a crecer en algo la imagen del gobierno y tal vez ficticiamente su popularidad. De ahí a las encuestas positivas hay un solo paso.