Al hermano Paul Mc Auley
No se va, no se va, el hermano no se va…
Es una mala jugada que justo cuando se está iniciando formalmente la campaña electoral en las regiones y provincias salga una resolución de expulsión del hermano Paul Mc Auley en Loreto, a sabiendas que no sólo es muy querido en la Amazonía y en sectores que electoralmente son importantes. Lo único que hará es perjudicar al candidato del gobierno en Loreto, aunque salga el mismo Moisés Panduro a referirse en buenos términos al misionero religioso. Es lógico que no se pueda desmarcar de su partido con su “disciplina” que lo caracteriza. Es evidente y no descabellado pensar que aquí hubo mano negra contra esta candidatura. Es una lástima para todos los candidatos en general, porque si lo que intentan es irse en campaña contra Iván Vásquez que marcha primero en las encuestas, según los últimos sondeos, lo más lógico es que se diseminen los votos entre todos para que el líder de Fuerza Loretana no alcance el añorado 30% que requiere para no ir a una segunda vuelta.
Salen perdiendo directamente, aparte de Moisés Panduro a quien relacionarán con esta medida, los candidatos que iban segundos y terceros como Robinson Rivadeneyra, Fernando Meléndez y el mismo “gallito” Mera Ramírez. Algunos tratan de minimizar al candidato del Apra, pero es sabido que su imagen como que tiene un respaldo independientemente del que tiene el partido y es muy querido en los medios, tiene un carisma popular que no alcanza a plasmarlo en el discurso de plataforma pública (lo que le falta sin duda). Pero, independientemente de esta mirada política lo que ha hecho el gobierno con esta medida es nuevamente soliviantar los ánimos de la comunidad indígena y en general de la Amazonía peruana, pues Paul Mc Auley tiene el compromiso y la llegada (además de un conocimiento muy particular) de los valores, costumbres de diferentes etnias al menos en Loreto, además de un estudio de los procedimientos de las acciones de las transnacionales que los describe con toda naturalidad ante los medios y la comunidad en general, obviamente para denostarlos y criticarlos. Algo que los medios podrían llamar denuncia y que muchas veces ellos mismos no lo hacen por sus compromisos publicitarios que mantienen sobre todo con las petroleras.
Su visa, han informado sus abogados, era como educador y un rasgo importante de un educador, así como la de un misionero religioso, es sin duda la trasmisión de conocimientos y valores. Paul Mc Auley, no sólo transmitía los derechos que le asistían a muchos indígenas en cuanto a lo ambiental sino también que transmitía sus valores religiosos católicos que lamentablemente gran parte de la Iglesia no seguía con mucho ánimo, una prueba de ello, es que sólo Mons. Alberto Campos, Obispo-Vicario Apostólico de San José del Amazonas, haya salido en solitario a publicar una carta de apoyo para el hermano. Esta es también una señal que la Iglesia no lo miraba con buenos ojos, al menos una parte importante de ella.
Tuve la oportunidad de entrevistarlo en Iquitos varias veces cuando aún no era referencia para casi ningún medio de comunicación pues no tenía la ONG que ayuda a confeccionar cerámicas o el enorme local donde ahora está su ONG en Iquitos y siempre dio la impresión de un buen tipo, jovial, audaz y sin compromisos que acudía casi todas las noches a un programita nocturno de noticias que teníamos en LVS. Iba siempre anunciando desde un inicio lo que ha sido una constante en su vida en la Amazonía, denunciar los atropellos de las petroleras contra las comunidades alejadas donde a veces sólo llegaba la onda corta de La Voz de la Selva. ¿Cuánto de político tiene esto? Mucho, sin duda, pero si todo se adecúa en esta vida, una cosa fundamental que se debiera hacer es, revisar esa anticuada legislación peruana que prohíbe a un extranjero no dedicarse a acciones políticas pues, estos conceptos son tan ambiguos que se requiere de todo un tribunal de “sabiondos” para definir que son o que no son acciones políticas. Además, puede que al hermano Paul lo saquen del país pero igual puede seguir alimentando las mentes y los corazones de muchos loretanos a través del internet y las redes que son inevitables.
En algunas de esas entrevistas le dije personalmente y al aire que los loretanos deberían agradecer que las cosas que denuncia lo hace con tanta claridad, precisión y amor al pueblo que lo acoge y que debiera recibir un reconocimiento especial de las autoridades que ahora candidatos recién muestran su apoyo. Ahora, ya en el posible ocaso de su estadía en el Perú (que esperemos con todas nuestras fuerzas no se consuma) cuando escucho sus declaraciones no lamentándose de esta medida, sino otra vez con su misma humildad, pedir unos días más para dejar en manos de los jóvenes indígenas con quienes labora, los hilos de la conducción de la ONG, pienso que se trata de un verdadero religioso, paciente, impertérrito, nostálgico del medio ambiente y un luchador de verbo en ristre, un religioso que prefirió las sandalias y los politos desgastados, que quiso recorrer los ríos, caminar de brazos con los indígenas más desposeídos y hablar con la verdad sin tapujos y sin medias tintas, no soy seguidor religioso pero si existe la palabra de Dios y una imagen y semejanza seguramente se parece mucho a este hermano gringo. Estamos contigo hermano Paul Mc Auley
PD. Al parecer ayer publicaron una medida judicial que impedía su salida, pero esto parece transitorio, pero esperemos que no sea así.