Caso Ciro: Capítulo final
Primer capítulo: Dos universitarios se van de paseo por una zona agreste, fría pero domesticable. Uno se pierde y la otra es encontrada luego de 9 días aunque hay indicios serios de ser puesta en el lugar tras evidenciar que el cañón del Colca es un serpentín observable desde todo punto de vista. La chica se contradice pero soporta estoicamente toda la presión psicológica de una sociedad saciada con la sobre exposición del caso y que demanda y la juzga por su frialdad y a veces por su macabra sonrisita que más parece atribuidas al nerviosismo que implica el asedio, pero que también se interpreta como complicidad.
Segundo capítulo: El padre abandona su puesto de médico en un hospital de prestigio y empieza una epopeya: encontrar el cuerpo de su primogénito. Es cauteloso las primeras semanas, se adhieren cientos de voluntarios que guiados por las primeras explicaciones de la ex enamorada se pierden en el tiempo y los vericuetos de las rocas sin encontrar nada. Se inicia una gran colecta por calles y plazas, algunas donaciones en un banco llegan al millón, pero el cuerpo no aparece. Es nombrado padre del año, pero eso no sirve para encontrar a su hijo porque la Policía amenaza con dejar el caso, se abren sospechas sobre esta institución, se tejen abusos y excesos que llevaron a la muerte de Ciro, pero el padre continúa su búsqueda por más de 160 días.
Tercer capítulo: Todos tienen sus propias teorías. Como nunca se ha podido ver en las últimas décadas, algunos diarios titulan sin rubor semanas completas de especiales del caso de Ciro y con ellas sus hipótesis. Al principio la ex enamorada tiene que ver con la desaparición o al menos esconde datos. Luego se le echa la culpa al propio desaparecido, sólo la burocracia fiscal – policial no tiene ni una sola hipótesis por lo que el caso sigue alimentando las portadas y la Tv. Sube la gasolina, se aplican los proyectos de lo que podría ser un auspicioso gobierno pero nadie hace caso de nada porque no se puede entender como un cuerpo en el Perú no puede ser encontrado. Se busca en cementerios, en huacas, en quebradas y hasta las videntes aportan sus visiones, pero igual no aparece un solo resto.
Cuarto capítulo: Los “topos” mexicanos llegan y se dan cuenta que todos estábamos siendo paseados por las versiones contradictorias de la principal sospechosa. Se pierden sus papeles, les roban en su hotel, les reclaman sus títulos de “buscadores de cuerpos” o algunas medallas que los acrediten de algo, pero siguen molestando a gente en la “sombra”. Cambian entonces de fiscal porque el anterior se duerme en sus laureles o se le pasea el alma (palabras más, palabras menos dicen sus jefes), la nueva fiscal parece más audaz, pero el tiempo buscando el cuerpo parece llegar a su final con un resultado concreto.
Capítulo final: Ninguna persona en su sano juicio es capaz de soportar tal presión mediática si es culpable de asesinato directo. Aunque al conocer el presunto asesinato hecho por terceros se convierte en cómplice, pero esta posibilidad es apaciguada o adormitada en su fuero interno por una situación de violencia previa que sufrió antes de que se perdiera el ex enamorado. Una personalidad confundida y a veces contradictoria, pero ciertamente normal a esa edad y luego de soportar varios días en soledad y en altura más todavía. Si el cuerpo se halla como parece ser en estos días y sus exámenes confirman la versión de su ex enamorada la Policía tendrá que responder por su ineficacia en buscar un cuerpo, sobre todo si estaba tan cerca de donde se perdió y ella intentará retomar su vida. Si contradice la versión de su ex enamorada habrá que conocer los móviles de los terceros y asistiremos a otra novela que durará lo que dura un juicio de estos en el país. En ambos casos su padre podrá dormir por fin y llorar todo lo que tenga que llorar.
Es lamentable esta situación, varios meses y no se encuentra a Ciro.
Sin embargo solo me pregunto: En nuestro país existen desapariciones, muertes, asaltos y poco o nada de importancia se le da, pero en este caso tanto poder tiene la familia de Ciro, perdonen el atrevimiento para manejar a toda la prensa, a caso por el dinero que tienen, y aquellos compatriotas que finalemnte se quedan con casos archivados y aca nadie dice nada?.
A mi me parece algo preocupante el trabajo de la justicia peruana, porqué para unos sí y para otros no? Porque el periodismos si está muy comprometido en este asunto? y porque no en los otros?
Ojalá que se esclarezca este asunto, por el bien de todos y menos gasto al Estado.
En cuanto a la novia, creo que de momento no tiene nada que ver en la desaparición, en todo caso solo las autoridades judiaciales dirán la verdad.
Perdonen la incomodidad.
en con conclucion ¿ una cortina de humo ?….
que rosario
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