En la biblioteca de Yurimaguas existe un manuscrito donde se afirma que durante la época del caucho uno de los patrones llamado Antonio Vásquez se divertía comprando cerveza para dar de beber a sus caballos. En Youtube circula un documental de History channel donde se afirma que en Manaos los caucheros competían por ver quien entregaba mejor champaña a sus equinos. En Iquitos no son muchos los que recuerdan que en la primera década del siglo pasado los caucheros preferían el lino inglés para sus vestidos y que se divertían enviando de vacaciones a sus esposas, hijos y criados a Europa.
Todas esas versiones cuando uno las escucha se llena de incredulidad al ver que esa opulencia llena de indecencia no ha dejado más que edificios semidestruidos y testimonios que se mezclan entre los que consideran patriotas a los barones y entre los que señalan con el dedo acusador a quienes por mantener su poder económico instalaron en la Amazonia un sistema de explotación que no se limitaba al caucho sino a los indígenas. Ese periodo no ha sido conocido, difundido ni investigado como se debiera por dejadez e insensatez de los llamados a hacerlo. Siendo fascinante ha sido obviado por los investigadores y solo se tiene referencias aisladas de su bonanza y oprobio.
Existen versiones novelescas sobre ese periodo. Existen ensayos traspapelados sobre esa época. Existen, incluso, documentos en los cuales es dificultoso percibir donde comienza la imaginación y donde se instala la realidad. Y esa característica la hace más intrigante. No es posible que nuestros estudiantes de colegio y universidades carezcan siquiera del conocimiento leve de ese periodo. Ese vacío tiene que ser llenado por todos. Porque es linda como fascinante. Y todo empeño en ese sentido tiene que ser apoyado incondicionalmente.
En mis 35 años de vida como loretano, nunca nadie me hablo de la verdadera realidad de la historia del caucho, es muy impresionante e impactante la exposición fotográfica allá en el museo, felicito a los organizadores y profesionales que tuvieron a bien su realización, sin embargo, que nos espera después que esta exposición culmine?, deberíamos a travéz de los diferentes medios de comunicación levantar nuestra voz y exigirle a las autoridades regionales y nacionales el RESPETO A NUESTRA IDENTIDAD LORETANA, A NUESTRA HISTORIA, y que se nos reconozca en los libros que se imparten en un sin número de editoriales, y que son de formación primaria, secundaria, de que la Amazonía desempeño un papel importante en el avance tecnológico del mundo entero y que el precio fue tan caro, como lo reflejan las atrocidades de muertes en el Putumayo, no es posible que nadie nos reconozca ni una página en la historia nacional en referencia a este penoso acontecimiento suscitado en Loreto.
Muy al margen de cual editorial sea estimado amigo, se debería promover una corriente que genere la puesta en valor del conocimiento de los pocos historiadores que nos quedan, exigirle a la iglesia que deje ese Proteccionismo Egoísta sobre los documentos históricos de nuestra región y que lejos de cuidarlos y preservarlos, más bien han sido escondidos y mantiene alejados a los miles de loretanos del conocimiento de su historia.
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