Brus Rubio: artista amazónico del porvenir

(NA: En esta oportunidad, hago un resumen de viejos apuntes que he hecho sobre la experiencia de uno de los faros más importantes de los cuales se ha nutrido el arte indígena amazónico: el distrito de Pevas. Estos apuntes los he sacado de artículos propios y resúmenes hechos en diarios, publicaciones y desde mi blog personal. No tienen vocación crítica, sino descriptiva, básicamente, un collage de imágenes y opiniones sobre una corriente que necesita ser mejor conocida y estudiada, no solo por su valor cultural y social, sino sobre todo por su extraordinaria importancia artística)

Usualmente el devenir de la Amazonía peruana ha estado plagado de tantos conflictos que sus habitantes no pueden sino sentirse tocados, emocionados o frustrados por sucesos como los ocurridos en Bagua. Han sido los artistas quienes con mayor fuerza han sabido descifrar o reordenar dichas pulsiones, transformando creación no sólo como un objeto estético o intelectual, sino también como una forma de abstracción y purificación.

Los artistas indígenas han logrado mostrar una poderosa conjunción que tiende a descubrir el arte para todos los demás a partir de la propia concepción del arte, de la selva, del tiempo y las historias que se han venido repitiendo de generación en generación.

Entre los testimonios de artistas indígenas de la zona de Pevas, uno de los pilares más importantes del desarrollo cultural de la Amazonía, es muy importante recordar que la tradición se transmite de modo oral, y su poder va a través de generaciones. La historia se cuenta de padres a hijos y sucesivamente. Después, toman forma y color en el lienzo.

Brus Rubio Churay es de Pucaurquillo. Nació y mora en él desde 1984 y tiene orígenes  bora y huitoto. Actualmente, es uno de los activistas más conocidos del pueblo, no solo por su vocación de trabajo y su amplia solidaridad, que lo ha llevado a organizar cruzadas de apoyo a los niños de la zona, por su destreza como fisga, sino también por su lucha permanente a favor de la preservación de la inmaculada belleza del lugar.

Brus Rubio  empezó diseñando animales, poco a poco su horizonte se amplió a través de los diálogos con los ancianos de la comunidad, profundizando en la historia ancestral, redefiniendo los mitos y leyendas, graficando la visión personal de Pucaurquillo.

La crítica, en general, considera que el nivel de detalle, la complejidad del mensaje y el desempeño de colores nos permite estar hablando de un artista de imaginación desbordante y talento natural para a través de los trazos permitirnos recrear mundos paralelos o interiores. Un verdadero especialista en el trabajo sobre llanchama. 

El año pasado, bajo la curadoría de Christian Bendayán, Rubio presentó la exposición individual denominada “La selva invisible”. En ella, plasmó la historia de su pueblo, las festividades (como “Lladico” o la celebración de la boa), las labores cotidianas, las perspectivas del omnipresente Buinaima, el primer hombre. También los mitos del origen del mundo, la idea del Cielo y la Tierra. Uno de los más importantes de la muestra se llamó “Autonomía negada”, que retrata la situación política después de la Amazonía (hace poco, también fue protagonista del filme El Perro del Hortelano, que satirizaba las visiones que sobre la selva se tienen en varios espacios)

La historia de Rubio y Pucaurquillo interesó particularmente a la dupla de documentalistas Carlos Sánchez Giraldo y Sofía Velásquez, ahora parte de la productora Mercado Central. Miembros fundadores del famoso Documental Independiente Peruano, un colectivo de realizadores y cineastas que instauró las llamadas “Caravanas Documentales”, recorriendo diversas zonas del país, Sánchez y Velásquez decidieron crear un espacio que reflejará y motivará el arte amazónico. La dupla contactó con Brus Rubio en la mega exposición colectiva Poder Verde y lo comprometieron inmediatamente a ser protagonista de un documental, producido por Promperú y la Universidad Católica.

El documental fue estrenado en el famoso programa “Las partes del todo” de canal (á) de Argentina en el 2009. Con innegable talento, Sánchez Giraldo narra visualmente el trabajo de creación de los tintes naturales (de huito, achiote, pijuayo, leche caspi y guisador) con los cuales Rubio trabaja su pintura, así como su relación con el entorno, con la sociedad, con los problemas latentes que se suscitan en su distrito.

A través de sus 25 minutos, las escenas, montadas con una música incidental inédita e imágenes de los cuadros del artista, retrata una selva real, menos exótica, pero siempre alerta, donde suceden problemas pero donde se genera un magma de pasión y vida, en el cual se muestran artistas populares.

Rubio actualmente sigue apoyando los proyectos de generación de más cultores de la pintura y el arte en general en su comunidad. Está convencido que a través de estas actividades Pevas tendrá un espacio y un nombre de prestigio en la Amazonía.

En medio de toda esta promisoria escena, destaca notablemente una de las noticias culturales amazónicas del año: Brus Rubio acaba de ganar el 2º premio del famoso e importante Concurso Pasaporte para un Artista, organizado por la Embajada de Francia, que anteriormente han ganado pintores de muchos prestigio y talento a nivel nacional, entre los que destacan Christian Bendayán y Miguel Saavedra.

 La complejidad de la propuesta estética, valiosa no solo por el valor antropológico, sino también por su vehemencia y trazo firme, es consecuencia lógica de la carrera de Brus Rubio. He aquí finalmente que el país se rinde ante un nuevo artista amazónico, en este caso de origen indígena, con una visión universal y un sentido abarcador de las más diversas facetas del rostro individual y colectivo del ser humano.