Bora Show

No hace mucho, nos enteramos que un canal de televisión chileno iba a grabar una suerte de show de supervivencia en la Amazonía. De alguna manera, por el formato, los productores venían con una idea preconcebida, que parece ser muy extendida en un vasto sector: que la selva es exótica, llena de alimañas y personas que viven en condiciones virtuales de primitivismo. Un sistema de exposición mediática de costumbres que peca de ignorancia y falta absoluta de sensibilidad.

El programa se ha convertido en un éxito, y ha levantado la polémica al presentar a un protagonista, Aroldo Miveco, de origen bora, quien pasa como pareja de una de las participantes más bellas. Miveco, quien se mueve constantemente entre su comunidad y la urbana Iquitos, ha estado participando directamente en la promoción. La producción le ha pagado un dinero bastante interesante. Además, la comunidad de San Andrés recibía 20 mil soles semanales por las grabaciones dentro de su zona.

El canal de televisión se le ocurre lanzar el reality show aplicando un esquema caracterizado por su ligereza y frivolidad. El raiting es formidable, llega hasta 24 puntos. De pronto, una conductora farandulera, estilo Magaly Medina, lanza de una frase infeliz sobre algunas costumbres indígenas en televisión pública. Y el tema se convierte en una bola de nieve que crece, en especulación y sensacionalismo. La indignación prende como un incendio forestal en las redes sociales, crece formidablemente.

Todo aquello que se repite y replica, en público y en privado, que reclamamos desde la comodidad de nuestros hogares o desde nuestro acceso a los medios de comunicación, inmediatamente, se convierte en un escándalo, con ribetes diplomáticos y hasta políticos. Nunca antes un pueblo indígena había recibido tamañas muestras de solidaridad y hermandad en nuestro país.

Pero, oh maravillas de la globalización, de pronto, el bullicio se aplaca. De pronto, llegando al Día Internacional de los Pueblos Indígenas, casi parece haberse diluido. La ira y los reclamos cesan, se modulan, se acallan. Todo vuelve, como se dice, a la normalidad.

Mucho me temo, la superficialidad con que se enfoca el tema indígena y amazónico no ha sido ni es patrimonio del programa chileno. En el país de la Paisana Jacinta o del Negro Mama, estoy seguro que se hiciera un programa de esta misma temática se plantearía la misma óptica, deformada e inverosímil.

Los boras, desperdigados alrededor de Loreto, tienen niveles de acceso a la modernidad occidental estándares en muchos casos, así como servicios básicos de cualquier ciudadano. La comunidad de San Andrés, donde se grabaron escenas del programa, está en permanente contacto con la llamada “civilización” y, además, tiene un sistema de sustento económico basado en el turismo. De hecho, se han pronunciado a favor de la producción chilena, debido a que se les ha recortado un ingreso que ningún organismo del Estado,

No son, pues, como deliran algunos, salvajes con plumas y taparrabos que viven en árboles y se alimentan de bichos raros. Incluso, Aroldo Miveco, en su página de Facebook, se presenta como un tipo divertido, vestido con estilo urbano, que habla inglés.

Sin embargo, todo aquello que importa sobre el conocimiento y la sabiduría ancestral del pueblo indígena se pierde entre tanta artificiosa molestia. Sin ir muy lejos, en Pevas, con una gran concentración de población bora, es  lugar de origen e inspiración de artistas indígenas de primer nivel, reconocidos a nivel nacional e internacional, como Brus Rubio o Rember Yahuarcani. Sobre ellos, sobre la cultura y la interacción sana y ejemplar con la naturaleza se dice muy poco. Los medios podrían dar también espacios importantes para difundir ese trabajo creativo, inteligente y productivo.

Aproximadamente 250 mil personas hablan lenguas amazónicas, según INEI. Muchas de ellas forman parte de un vasto sistema de cosmovisiones y modo de ver la vida. Una visión reduccionista es darle descomunal importancia al episodio del reality chileno, cuando situaciones de indiferencia, discriminación y prejuicio parecidos – o más graves – se generan diariamente, promovidas por nosotros mismos, los propios peruanos.

2 COMENTARIOS

  1. FELICITACIONES PACO, muy buen analisis puntual y realista; es lo mismo que dije hace unos dias a traves de la pagina de esta misma casa periodistica, porque la GRAN PRENSA que ahora se horroriza por los comentarios chilenos no dijo nada cuando el mismisimo miserable presidente Alan García calificó a toda la población indígena que protestaba en Bagua de CIUDADANOS DE SEGUNDA CATEGORÍA?, solo para justificar las concesiones a las petroleras?, sinceramente tu opinion es respetable, que pena que tengamos una autoridad en Cultura que venga estafando tranquilamente al estado sin hacer nada.

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