La cerveza es una de las bebidas alcohólicas más antiguas que existen, y Alemania es uno de los países que encabeza la lista dentro de las regiones donde más cerveza se consume. Es por esto que una instructora de yoga llamada Jhula, combinó el hábito de beber cerveza con la práctica del yoga.
Jhula explica que los participantes pueden hacer uso de las botellas en la forma que deseen, puede ser sosteniéndola en sus manos, haciendo equilibrio sobre sus cabezas o incluso tomando un trago entre postura y postura. Las clases las lleva a cabo en un bar de Berlín, y aunque admite que muchos de los participantes no son regulares, las clases son más que nada para divertirse, y no para dominar el arte de las poses.
A pesar de la mala combinación que puede resultar beber cerveza y hacer ejercicio, es una práctica que se ha popularizado entre los jóvenes universitarios. Algunos estudiantes entrevistados han dicho que es divertido al principio, pero que se hace difícil después de la segunda o tercera botella, sin embargo, explican que es una forma más rápida de alcanzar el bienestar físico y mental.
Aunque la práctica puede ser divertida, el Dr. Ingo Froboese, de la Escuela Sporting Alemana de Colonia, advierte que el Beer Yoga es peligroso, porque el alcohol nubla la percepción, dificulta el control muscular, afecta el equilibrio y restringe la resistencia.