[Por: Gerald Rodríguez. N].

La contra campaña de desprestigio de la regionalización por lo que cual se pretende bajar del carro a los presidentes de los gobiernos regionales haciéndoles ver de lo peor – en algunos casos si se da por la corrupción de grados mayores encontradas en sus gobiernos – no es otra cosa más que regresar a lo mismo desde muchos años: la dependencia política y económica del centralismo limeño. Pues el Presidente Ollanta Humala ve que su partido político familiar no es sentido en la aceptación en el interior del país por lo que no existe de otra manera que anudar a las regiones con la dependencia política y económica otra vez.

El actual Presidente del gobierno regional de Loreto está siendo investigado como a muchos a las cuales les encontraron delito y a otros hasta el momento nada. Todo está en hacer ver que la democracia en algunas regiones es débil, que no se debió haber soltado la dependencia económica y que por eso hay que desprestigiar a los líderes que están en aquellas regiones gobernando y con ello desaparecer a los partidos políticos regionales. La intensión de desprestigio a los partidos y líderes político regionales pasa por los bajos niveles en las estadísticas de aceptación a nivel nacional.

El matri-gobierno es un anhelo de la pareja presidencial a pesar que solo lo que han hecho, estando en el gobierno, es esfumar los sueños de cada peruano cuando creyeron en la revolución y el cambio, cuando todavía se habla de corrupción en el gobierno actual y los excesos de gastos que realiza palacio de gobernó en la compra de vestidos de la primera dama. El aniquilar la regionalización es un paso al retraso, y más recurso para Lima, que como siempre han creído, piensan que solo ahí vive el Perú.