Personas privadas de libertad, mujeres, niños, personas con discapacidad, adultos mayores, población LGBT o migrantes conforman el grupo de víctimas de tortura en Perú. Entre los presuntos agresores suelen estar funcionarios, policías y hasta cuidadores.

“La tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes constituyen una grave violación a los derechos humanos”, señalala Defensoría del Pueblo.

La vía pública no está exenta de ser escenario de tortura y tratos crueles. Así lo revela el último reporte del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT) de la entidad denfensorial. Este documento muestra las cifras entre 2021 y 2022 y también datos sobre la crisis política.

Para este informe conversamos con Porfirio Barrenechea, experto de la Defensoría del Pueblo, sobre los números alarmantes que dejaron el 2021 y 2022, en los cuales Arequipa aparece entre los 10 primeros puestos de reporte de tortura y tratos crueles.

Es así que, en 2021, se registró 309 quejas sobre hechos que podrían constituir tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. En 2022, el número de quejas registradas vinculadas a presuntos hechos de tortura y malos tratos fue 357. Son 48 quejas más respecto del año anterior, lo que representa un 15.5% más.

Los cinco departamentos con mayor número de quejas vinculadas a hechos de tortura y malos tratos en 2021 fueron Lima (64), Cajamarca (32), Ica (26), Áncash (25) y Cusco (19).

En 2022, Lima (70), Ica (30), Huánuco (30), Cusco (19) y Áncash (18) fueron las cinco regiones con mayor número de casos registrados.

Lima es la región que en ambos años registró más quejas sobre estos casos. Las regiones de Ica, Áncash y Cusco se han mantenido dentro de las cinco regiones que tienen un alto registro.

En 2022, en 16 de las 25 regiones (incluyendo a Callao) aumentaron los casos vinculados a hechos de tortura y malos tratos, en comparación al 2021. En las regiones de Huánuco, Tacna, Huancavelica, Madre de Dios, Callao y Amazonas, el aumento de casos fue de más del 100 % con relación al año 2021. Arequipa incrementó un 70 % y se mantiene entre los diez primeros puestos de esta preocupante lista.

“Lo que estamos haciendo es la difusión en lo mayor posible […] Se da como una situación que es normal; por ejemplo el maltrato en las escuela de formación policial o militar, o la violencia que hay en las dependencias policiales y en las detenciones”, comentó Porfirio Barrenechea sobre la gravedad de la normalización de la tortura.

Más del 80 % de víctimas son personas vulnerables

“La edad, el sexo, la nacionalidad, la identidad de género y orientación sexual, el tener una discapacidad o el pertenecer a una población indígena, entre otras, son condiciones que ponen a una persona en una situación de especial vulnerabilidad e indefensión”.

Reporte sobre tortura en Perú entre 2021 y 2022.

Por ejemplo, en 2021, de 327 presuntas víctimas identificadas, 284 pertenecen a al menos un grupo vulnerable (87.8 %). En 2022, de 389 presuntas víctimas identificadas, 343 pertenecen como mínimo a un grupo vulnerable (88.2).

Los hechos de tortura y tratos crueles afectan más a quienes pertenecen a un grupo vulnerable. Este tipo de daño se intensifica si sobre en la persona recae más de una condición de vulnerabilidad.

De acuerdo con el Plan Nacional de Derechos Humanos 2018-2021, en el Perú se ha identificado y se reconoce 13 grupos vulnerables o de especial protección. De la sistematización de las quejas, se encontró hasta 9 grupos:

  • Personas privadas de libertad.
  • Mujeres.
  • Niñas, niños y adolescentes.
  • Migrantes.
  • Personas con discapacidad.
  • Adultos mayores
  • Personas LGBTI.
  • Afectados por TBC.
  • Personas que viven con VIH.

¿Quiénes son los agresores?

El autor del hecho de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, puede ser un funcionario o un tercero que lo hace con conocimiento de un funcionario, como suele suceder en centros de reclusión.

Para contabilizar a presuntos agresores se tomó en cuenta a quienes fueron identificados como tales en las quejas revisadas. En algunos casos podrían ser uno o varios los agresores. También se contabilizó sólo a quienes fueron señalados como responsables directos de ejercer violencia física, psicológica o sexual contra las presuntas víctimas.

En 2021 se identificaron 289 presuntos agresores, el 84.8 % de sexo masculino. En 2022, fueron 322 presuntos agresores, y el 80.7 % son de sexo masculino. 

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