Escribe: Jorge Martín Carrillo Rojas.

Mientras escucho los alegatos del fiscal José Domingo Pérez, sobre el pedido de requerimiento de prisión preventiva para Keiko Sofía Fujimori Higuchi y otros, me pongo a pensar sobre qué destino le depara a nuestro país, si se toman en cuenta que las esperanzas recaen en la actual clase política del Perú.

En lo personal, no creo que los destinos de nuestro país esté en manos de la actual clase política, llámese los representantes de los partidos y movimientos regionales. Los buenos somos más en este golpeado Perú.

Claro está, que depende de los buenos y no de los malos que actualmente acaparan todo, hasta las noticias en los medios de comunicación, las soluciones al país.

Así pues. Resulta ya cansado, por no decir que estamos asqueados hasta el hartazgo, ver y escuchar todos los días a: Keiko Fujimori, Mauricio Mulder, Héctor Becerril, Ursula Letona, Victor Andrés García Belaúnde, Juan Sheput y otros, sin dejar de lado a los del Ejecutivo y dirigentes de partidos, en los medios de comunicación. Es que acaso estos personajes y otros son la voz de los pobladores. Qué pasaría si los medios de comunicación abrieran sus espacios al poblador de a pie. Podríamos conocer más cuáles son sus necesidades no atendidas y desde cuándo no son escuchadas.

Tan jodido estamos como país, que las noticias giran en torno a los dimes y diretes de la llamada clase política y las necesidades de los pobladores quedan ahí en el archivo, o en compás de espera.

Y claro. Algunos dirán pero si tú eres periodista, eres parte de todo ese embrollo. Podrán tener razones de sobra. Pero es esta actualidad la que nos debería permitir dar mayor espacio a los que están ahí olvidados en el silencio.

Ello no implica que no estemos expectantes a las idas y vueltas de la clase política, la misma que está ahí porque fuimos nosotros quienes los elegimos.

Es pues responsabilidad nuestra tener a los personajes que copan los medios. Hemos sido nosotros los electores, los co responsables de lo que ocurre en el país y seremos nosotros quienes tendremos la posibilidad de elegir nuevos representantes a nivel del Congreso y otros estamentos de gobierno.

Es bueno entonces preguntarnos: a dónde va el país? Y la respuesta está en nosotros. Si permitimos seguir contando con los políticos actuales o los renovamos pero siendo exhaustivos en averiguar de quiénes se trata. O nos vamos al carajo.

Dios quiera que se vayan todos los que deban irse, e ingresen decentes, que tanta falta hacen, en varios niveles de gobierno.

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