En la isla estoica
Por Miguel DONAYRE PINEDO
Cada día muestro mi decepción de los políticos y políticas. Sus actitudes y palabras degradan la convivencia de la polis, de la civitas, de la ciudad [me refiero con tono estoico, a la ciudad cosmopolita]. Pregonan lo que no hacen, y ellos llaman a eso coherencia, que esquizofrenia. Desde hace ya varios meses que no compro diarios, sospecho [mi punto friki] que nos quieren volver idiotas. Ojo, no soy un anacoreta pero lo que publican es propio de imbéciles, salvo excepciones, claro. El diario El País, los días sábados es para llorar y no parar. Induce estúpidamente al consumismo más cojudo, más inane de la tierra que no se salva nadie. Si entrevistan a un escritor o escritora, señalan la marca de la camisa que lleva, a igual que los pantalones. Un poco más descifran hasta la marca del calzoncillo o bragas que portan, ¿interesa saberlo? Seguidamente, preguntan donde desayuna, come o cena y ponen la dirección de los bares y restaurantes al que acuden ¿? ¿Qué se busca con eso? Una cultura material y nada literaria. Lo peor es que hay personas que se prestan para ello. Es insoportable. Ese diario desde hace mucho tiempo repta. No se erecta. Camina en las penumbras, no quiere una ciudadanía despierta sino egoísta, alienada, conformista, resignada, capada. Si llegamos a las noticias deportivas, la gravedad es mayor. Se sufre como si echaran sal a una herida abierta. Lo más insalvable son las noticias redactadas por Yahoo, degradantes y carentes de interés, que dicho sea de paso, no esconde su corazón culé más al mostrarnos la cara de tonto de Messi casi a diario [criticaría igual si supusieran la cara de chulo de Cristiano Ronaldo, cada vela en su candelabro]. Malos tiempos los que vivimos.