“Por los cerros de Úbeda. En las travesías de la interculturalidad”
Por Miguel DONAYRE PINEDO
Antes de la expulsión de los judíos de la península, recordemos que la familia de la madre de Baruch Spinoza, conoció por esta orden la diáspora; en muchas ciudades españolas tendían a la coexistencia de árabes, judíos y cristianos. Es una interesante metáfora de la pluralidad cultural, seguramente nada ajeno a las tensiones que son propias a toda sociedad pero toda sociedad estas tensiones son un reto para resolverlas. En Úbeda a través de perdernos en sus intrincadas calles llegamos a la denominada, “Sinagoga del agua”, sí, una casa aparentemente normal que en sus entrañas escondía una sinagoga donde el agua tenía su fuente principal. La descubrieron a raíz de rehabilitación que hacían del lugar y se toparon con tremendo tesoro. A unos pasos de allí fuimos al Museo Mudéjar, los arcos nos remiten a muchas casas de Iquitos del centro histórico, y después pasamos a recorrer una de las Iglesias principales, construída sobre restos romanos y árabes. Cada paso nos remite a la memoria. Cada uno desde su perspectiva contribuye a este mosaico social. Sus callejuelas angostas y de color blanco te remiten a volar por la historia; aguzas el oído y en la romería disfrutas de unos ochios, panes rebañados en aceite y pimentón.