La noche de los tiempos
Por Miguel Donayre Pinedo
La guerra civil española ha generado una deriva propia dentro de la narrativa española, la novela de la guerra civil. Quizás esta preocupación de los y las novelistas se deba a que el proceso de transición política española después del fiero y sangriento régimen franquista no haya sido de los mejores. Hay muchas sombras y miedo. Justicia y perdón son palabras que chirrían todavía en muchos oídos [observen que pasó al juez Garzón], es por ello para llenar ese vacío ha surgido esta novela que retrata la guerra fraticida y poco los focos sobre los vencidos de la guerra que tienen sed de justicia. Todavía se develan fosas comunes. Bajo este contexto se publicó la novela de Antonio Muñoz Molina, La noche de los tiempos. A este novelista le sigo la pista desde hace un tiempo. Es un orfebre de la palabra. ¿De que va la novela? Un arquitecto progresista deja España a raíz de la guerra civil. El exilio forzado a Estados Unidos se debe a qué casi lo fusilan sus propios colegas de pensamiento, fue la gota que derramó el vaso. España se desmoronaba. Se desgarraba. Era una lucha en que la ceguera ideológica les perdía. En contrapunto, este arquitecto que estudió en Alemania, casado y con dos hijos, tiene un amorío con una chica norteamericana. Esa es la tensión que recorre la novela. De paso, la huída a Estados Unidos, amén de aceptar la oferta para enseñar, es para buscarla con la esperanza de no encontrarla. Es un calidoscopio de las emociones. Los últimos capítulos son alegatos contra la guerra, donde todos pierden. Como dice uno de sus protagonistas: “La guerra era un matadero inmundo de gente indefensa…”. Los alegatos a favor del diálogo lo descargan en una noche del reencuentro, la noche de los tiempos. Es una de las novelas más interesantes de la guerra civil.