Un hombre feliz
Por Miguel Donayre Pinedo
Era una persona inquieta, como dirían en la península, culo de mal asiento. Militó desde joven en una célula clandestina de izquierda o al menos eso creía él. Yo tengo mis dudas. Se alzó en protesta por la poca libertad de expresión en Cuba con el emblemático caso del poeta Heberto Padilla. Se desgañitó para reclamar libertad de expresión. Luego de apoyar al General Velasco fue luego contra él, igual situación le pasó con Alan García Pérez de criticarlo duramente ha pasado a alabarlo por seguir el dogma del mercado. Su vida ha sido un péndulo de emociones. Se mueve en los extremos en el cual está como pez en el agua o charloteando en una catedral. Su voz de libertario ganó adeptos por muchas causas. Se lleva la adhesión de conservadores o progresistas. Continuamente hace denuncias y recibe loas por eso. Últimamente, una muy valiente a favor del Museo de la Memoria en Perú. Así se mueve en los lodazales de las contradicciones. Parece muy feliz, no se hace problema. Tiene su conciencia (¿?) tranquila. A pesar que a sus conmilitones conservadores en España que viven del Estado y la corrupción le sale por los poros. El sigue feliz en ese océano de contradicciones y mares de silencios.