Añoranza
Por Miguel Donayre Pinedo
Madrid es una ciudad en bronca abierta con la bicicleta. Aquí se premia al carro, a la bulla de los cláxones. A la velocidad de vértigo. A las avenidas. Se olvida que la buena calma y menos ruido pueden venir por la construcción de un carril- bici. Ni les digo en Perú y menos en Iquitos, esto no está en la agenda de los políticos. No hay espacio para las bicicletas eso son para los ilusos. Una de las ciudades que más me ha cautivado ha sido Vitoria. En esa ciudad una de las más altas de calidad de vida en España la bicicleta es uno de los instrumentos de la buena vida. El Ayuntamiento te presta las bicicletas con la sola presentación de tu DNI o pasaporte. Hay muchos carriles para bicicletas y puedes admirar la ciudad en estos paseos – cuando se inventó la bicicleta la Iglesia Católica la satanizó como instrumentos del diablo, vaya crueldad para esconder a sus pederastas. Te puedes meter en museos y salir a buscar tu bicicleta y continuar con el recorrido. La vida, la salud y el entorno cambian con el uso de la bicicleta. Hágalo y verá.