Por Miguel Donayre Pinedo
Cualquier lector queda anonadado ante el alud informativo ya sea en prensa escrita o a través de los diarios de la llamada “era digital”. Es difícil de digerir, hay que reconocerlo que no todas las noticias son solomillo, hay mucha comida chatarra y de la mala, que tienen ingentes cantidades de grasas saturadas como parece que tiene la dieta cotidiana de Alan García Pérez, su gordura es mal habida. Sí, los tiempos hacen volvernos unos comensales muy exigentes, pejigueros, sibaritas. No todo va a los ojos, hay que hacer una buena criba. Muchos de esos diarios saben a hez. A sangre. Son escritos con el hígado sobre todo del sector ultra y sus manifiestas obsesiones y fantasmas, más si son de derechas porque los de izquierdas están en el rincón del olvido. A pesar de todo, los periódicos siguen envolviendo pescado y como en muchas partes del mundo los usan para tapar a los muertos.