ESCRIBE: Tato Barcia
Ha pasado solo una semana desde que terminó el 2019, y la verdad es que nadie puede proyectar con exactitud cómo es que cerrará el PBI de nuestra región. Pero lo cierto es que el 2020 parece mirarnos con cierta tristeza; digamos que con ojos de ceros que nos escudriñan sin disimulo. Para ser mi primer artículo del año, empezamos fuerte como una señal de lo que nos espera a los pocos y confundidos lectores que siguen esta columna de manera muy irregular (al igual que la publicación de este diario). Es imposible no empezar este año sin caer en la trampa de mirar atrás o hacia adelante. Yo creo que los doses y los ceros me empujan al más allá y menos al más acá. Y es inevitable que en este año 2020 mi mirada se pose en la economía de nuestra región. Esta vez no he comido las 12 uvas, tampoco di una vuelta a la manzana con una maleta con la esperanza de viajar, no quemé un muñeco a la medianoche, tampoco reventé cuetones, y menos aún usé una prenda amarilla. Así que me siento libre de escribir este artículo de economía, para no economistas, porque si no, será una distorsión profesional o un despiste supino. Eso sí, les daré mí opinión sin tratar de dorarles la píldora o darles un anestésico. Lo lamento, pero al escribir mantendré imperturbable mi característica sonrisa a lo “Lee Van Cleef”, en la recordada película : El malo, el feo y el bueno.
Una vez concluido el año 2019, que se inició con la entrada en vigencia de la Ley No 30879 (eliminación de nuestras exoneraciones tributarias), debo decir que: No me equivoqué; nuestra economía está casi paralizada y peor que antes, la inversión de la actividad privada fue casi nula, muchas empresas si no dejaron la región están considerarlo hacerlo en el corto plazo, el empleo se degradó a niveles nunca antes visto. Más del 60% de la población de Iquitos no puede acceder a una canasta básica medianamente decente. Y esto se debe al fuerte incremento dado principalmente en el primer semestre en bienes y servicios en general; por ejemplo : el transporte público subió 50%, el cine 50%, el chifa 40%, hasta el pollo a la brasa 35%, el plátano 35%, la yuca 25%, el aguaje 40%, la piña 35%, la papaya 30%, el huevo 25%, verduras y frutas oriundas de la región en general 20%; y los productos que son abastecidos desde la Costa Central, Sierra Central, Sierra Sur y Selva Norte, como el arroz, menestras, papa, zanahoria, cebolla, verduras y frutas en general “NO” oriundas subieron en promedio entre 30% a 45%. Todos estos bienes y servicios tienen algo en común, ninguno gozaba del famoso “Reintegro Tributario”…¿quien explica lo que sucedió en el mercado de Loreto?…¿y el daño irreparable en sobre-precios que tiene que pagar el ciudadano de a pie?…No hubo especulación, acaparamiento, ni nada que se le parezca. En este punto quisiera recordarles que vivimos en una economía de “libre mercado” y los precios de los bienes y servicios son establecidos por la oferta y la demanda; aquí bien se podría aplicar la metáfora de “Smith” sobre “la mano invisible”. Los productos aumentan en la medida en que se introdujera un elemento que distorsione el mercado. Prueba de ello, es que los productos alimenticios, materiales de construcción y medicinas que gozaban del citado beneficio tributario, solo subieron ente 18% a 20%.
En realidad la citada ley, lo único que se ha fomentado “es mayor informalidad” ya que se ha permitido el ingreso de productos de marcas económicas que no se comercializaban en la región y que son traídos por comerciantes informales ya que las empresas que gozaban de los beneficios tributarios debían ser formales, porque el procedimiento de verificación era muy estricto en cuanto a las formalidades a cumplir para que se puedan acoger a la devolución del RT. Por el mismo procedimiento que exigía la normatividad que estuvo vigente hasta diciembre del 2018. Un informe del INEI refiere que la inflación anual de Perú subió 1,9 % durante 2019, un porcentaje dentro del rango meta fijado por el Banco Central de Reserva (BCR), de entre 1 y 3 %, y con un ritmo estable de 0,16 % en los últimos meses, de acuerdo con el citado informe. Sin embargo en la ciudad de Iquitos la recesión económica ya va por su quinto año, y ocupa el primer lugar en inflación a nivel nacional con 4.11 % durante el año pasado (duplicando el promedio nacional); convirtiéndola en la ciudad más cara del país y probablemente de Latinoamérica. Y ésta no es una mera opinión empírica sino que está basada en indicadores de diferentes instituciones del Estado que estudian el avance y retroceso de la pobreza monetaria.
La desaceleración de la economía de nuestra región; se percibe en diferentes sectores cuyos números muestran una contracción en el mercado. Continuando con las estadísticas sobre nuestra situación económica, y aunque algunos no lo crean, los ratios comerciales no son datos fríos e inertes; pasa que algunos lo interpretan fríamente. En un reciente estudio realizado en octubre último pasado, entre las diferentes variables, se evaluó el comportamiento de las ventas de las principales categorías de consumo masivo en Iquitos desde el año 2014 (5 años). Con el fin de facilitar el análisis agruparon las categorías en cuatro macrocategorías: alimentos, bebidas (incluye cervezas), cuidado personal y cuidado del hogar. En términos agregados, las ventas mostraban una contracción (disminución) ponderada anual de -3% desde el 2014, sin embargo, en el primer semestre del 2019 muestran una contracción del -9%. El impacto estaría dado por la categoría de bebidas (-11%), alimentos (-7%) y cuidado del hogar (-6%). La única macrocategoría con contracción mínima sería la de cuidado personal con (-2%). A la luz de los números, la contracción en el consumo es innegable, los Loretanos estamos comprando menos. Y para colmo la recaudación fiscal cayó -6% en este año, en una clara señal de menor actividad económica.
Tenemos la inflación más alta del Perú, en comparación con ciudades amazónicas hermanas como Tarapoto, que su economía es otra cosa y tiene una de las inflaciones más bajas (1.39%). Es decir en nuestra región Loreto (y no es percepción) la falta de trabajo y movimiento económico, es una triste realidad. Mientras tanto aquí el GOREL no sabe cómo hacer para activar la economía, tiene más de 270 millones de soles a disposición por el fideicomiso y terminó el año sin poder trasladarlo al mercado. En una clara demostración que carece de capacidad y calidad de gasto. Gobernador por favor! asesórese correctamente, y póngase a chambear, para eso fue usted elegido. Concretar proyectos de inversión es una de las principales tareas del GOREL, tras su primer año de gestión de la asunción del gobernador Elisban Ochoa, podemos afirmar que el 2019, fue el peor de los últimos 20 años (con excepción del desastroso año 2016) vale la pena revisar cómo se dieron las cifras, y en promedio, las instituciones públicas de nuestra región (gobiernos locales y regional), tuvieron un presupuesto asignado (PIM). Equivalente a 4,122 millones para el año 2019, tres veces más que hace 5 años y terminamos devolviendo más del 30% al tesoro público porque estos recursos ordinarios se terminaron devengando.
Es innegable que nuestra autoridad regional genera zozobra, ya que en su primer año, estuvo muy cerca de igualar los dos primeros años de la gestión de su antecesor. De verdad me causa nauseas la incapacidad de gestión del GOREL con respecto al mediocre manejo de los recursos propios y sobretodo con los fondos del “fideicomiso”, ya que se concluyó el año; con una ejecución presupuestal por debajo de la media nacional, ubicándose en el puesto 23 de 25. ¿Será por eso que no desea que se le mida con este indicador? Si el gobernador desea que su gestión se mida por la “calidad de gasto” está bien, pero habría que advertirle que el resultado no será mejor. Recordemos que en mayo pasado el Gobernador Regional promocionó 29 obras a ejecutarse con el fideicomiso; veamos cómo le fue. De estas 29 solo se adjudicaron 25, quedando pendientes 4 obras en la provincia de Maynas; y hasta el momento ninguna de ellas ha comenzado. De estas 25 obras, 13 se adjudicaron a empresas “pucallpinas”, 3 “huanuqueñas” y 2 “San Martinenses” fueron beneficiadas con la buena pro; QUE TAL SUERTUDOS!…Y LAS EMPRESAS LORETANAS QUE ?…¡Tal vez cree que es Gobernador de Ucayali!…Pero sigamos. De este paquete; 15 obras corresponden a colegios por un monto de S/. 124’818.23 que representan el 46%, del presupuesto total y 2 obras de hospitales por S/. 119’393,378 que representan el 42% del total. Como vemos resta solo el 12%, del “fideicomiso” para invertir en otros sectores. Pero lo peor radica en que por ejemplo se está invirtiendo en el sector salud; cuando este financiamiento se podría haber gestionado por el “PRONIS” (Programa Nacional de Infraestructura de Salud), que está a cargo de la construcción de los hospitales en todas las regiones del Perú. Del mismo modo los 15 colegios que suman S/. 124 millones, se hubieran podido solicitar financiamiento al “PRONIED” (Programa Nacional de Infraestructura Educativa), que está a cargo de la construcción de los colegios en todas las regiones del País, en ambos casos solo era hacer gestión, como lo hacen los otros gobiernos regionales y municipios del país y no se hubiera comprometido “tontamente” el 88%, del fideicomiso. Qué tal manejo de fondos!
Aunque los asesores del GOREL y algunos medios de comunicación me hagan bulling, me lancen piedras y sigan despotricando de mi persona. Arguyendo que soy un poco “confrontacional” y un “pincha globos” en las publicaciones que realizo por este medio. La verdad que no me inmuta si se molestan por ser franco, directo y honesto, qué le vamos a hacer!. Por ejemplo con la tan promocionada “Expoamazónica”, que los ojos del país estaban puestos en Loreto. Nos dijeron que La feria marcó un récord de asistencia con 120,000 visitantes. Promperú organizó tres ruedas de negocios, y que logramos exportaciones por más de US$ 18.7 millones y S/. 86 millones en el mercado nacional. PERO LAMENTABLEMENTE TODO FUE UN GLOBO DE AIRE. Después nos vendieron humo con la reforestación, se intentó entregar concesiones forestales maderables bajo la modalidad de “procedimiento abreviado” a 36 empresarios privados con el objetivo de reforestar 238,663 hectáreas; con la supuesta finalidad de hacer de Loreto una economía productiva y emprendedora, por lo cual se esperaba exportar 30 millones de dólares al cabo de tan solo 3 años. Nunca sería tan cierta la tan conocida frase “el papel aguanta todo”, y es que en nuestra primera institución pública regional se acostumbraron a difundir noticias esperanzadoras; que luego en la práctica son complicadas de llevarlas a cabo. Son estos motivos, fundamentalmente, los que conducen al fracaso de muchos de sus proyectos que fueron promocionados con bombos y platillos desde que empezó la actual gestión. Ya que estos se bloquean solos, se retrasan o incluso son abandonados a medio camino. Y eso que estoy dejando de lado el festival musical denominado “Recordando un Canto al Amazonas”… “otro cantar”.
En ese mismo sentido el día 3 de enero salió una publicación en el diario la región, bajo el siguiente titular : “Loreto termina 2019 entre las cuatro regiones con mayor crecimiento económico”. Pero cuando el lector lee el desarrollo de la nota periodística, se percata que el resultado de este destaque positivo favorable para la región, es en el sector Hidrocarburos, y solo en el 3er trimestre. Y esto se debe única y exclusivamente a que la producción de hidrocarburos subiera 36,8%, con respecto a similar periodo del año anterior (2018). En el cual la producción de crudo fue prácticamente nula, debido a los problemas con las comunidades indígenas. En el lapso Julio-Setiembre 2019, el crecimiento de la producción de petróleo crudo en este periodo, está explicado por la entrada en operaciones de dos nuevos lotes 95 (PetroTal) y 67 (Perenco); mientras los lotes 192 (Frontera Energy) y 8 (Pluspetrol); continúan arrastrando los efectos negativos de la paralización del bombeo por el oleoducto; y disminuyeron su producción afectados por los conflictos sociales con las comunidades nativas cercanas a la estación 1.
El limitado gasto hasta el momento deja entrever que será muy difícil, si es que no imposible, que este nuevo año se alcance la meta de ejecutar del 100%. Esta incapacidad para invertir supone que muchos proyectos de inversión requeridos para mejorar la calidad de vida de los loretanos como mejoras en redes de agua y alcantarillado o en pavimentaciones, etc; estos proyectos, hoy inexistentes. Además, esto significó que como el GOREL demostró una mala ejecución del gasto, el Ministerio de Economía y Finanzas (encargado de la distribución de los recursos públicos), nos terminaron asignando un “PÍA” -4% menor a lo determinado para el año 2019. Es decir nos recortaron los fondos por malos administradores. Ante este preocupante escenario este año 2020, se torna esencial que se profundice la coordinación entre las diversas áreas del GOREL, para medir la eficacia del gasto y dar asistencia técnica constante y supervisar la ejecución de las labores cruciales. Esto, no solo con miras a finalizar el año con una tasa de ejecución mucho mejor, sino también para buscar que la situación no se repita año tras año. Sin este apoyo, las posibilidades de que el mal persista no son pocas.
Cada año tenemos nuevas estadísticas, pero veamos qué define realmente la pobreza. ¿El material de nuestra vivienda? ¿El acceso a servicios básicos? ¿Nuestro nivel educativo y acceso a la salud? Sin duda, la estimación de la pobreza monetaria es insuficiente para capturar todo el espectro de lo que significa tener condiciones de vida inadecuadas. Brechas de saneamiento, de conectividad, de educación, de seguridad y varias otras limitan el proyecto de vida de miles de loretanos y no pueden ser fácilmente convertidas a gastos en soles. Eso, no obstante, no significa que el indicador de pobreza monetaria sea irrelevante: después de todo, revela mejor que ninguno, la capacidad que tienen las familias de acceder a los bienes privados del mercado, desde comida hasta transporte o vestimenta. Loreto está sumida en la peor crisis económica de su historia tras dos quinquenios de pésimos manejos políticos. Este caos económico reinante era previsible tras la gestión desastrosa del anterior gobernador regional que manejó equivocadamente los destinos de Loreto. En el periodo 2015-2018 se han cerrado más de un tercio de las 600 empresas que existían a inicios del año 2014, afectando el empleo. A la par, la inflación ha pulverizado el salario real y el poder de compra de los iquiteños. Pero solo en el año 2019. Este índice empresarial negativo se duplicó.
Mientras nuestro gobernador se empeña en pintarnos un panorama más o menos alentador, es muy posible que nos esté mintiendo. No porque lo que propone hacer sea malo o bueno, si no porque la economía puede estar sometida a tensiones más allá de su ámbito de su influencia. Y las malas noticias acaban de aparecer con las más recientes estadísticas oficiales sobre la situación económica de la región Loreto. Ya que sólo crecimos (+0.1%), en el período de los últimos 10 años (2010 – 2019), es decir hemos desperdiciado la última década; sin embargo la inflación en ese mismo período fue de 24.3%; por lo que los loretanos hemos perdido 1/5 de nuestra capacidad de compra en la última década. Los resultados son, la verdad bastante preocupantes. Se Confirma que somos una de las regiones más pobres del país y además, que los niveles de desigualdad entre regiones son bastante marcados. Esto es fácilmente demostrable con los desagregados por provincias y distritos. El centralismo iquiteño y el abandono casi negligente y delictivo de algunas zonas resultan alucinantes. Por ejemplo, en la provincia de Maynas, la incidencia de pobreza es de 36% y la pobreza extrema es de 14%. Sin embargo, en todas las demás provincias el porcentaje excede el 50%, siendo los más graves los casos de Loreto-Nauta (con 69% de pobreza y 37.5% de pobreza extrema); Ramón Castilla (con 75% de pobreza y 43.8% de pobreza extrema) y Datem del Marañón (con un impresionante 78.2% de pobreza y 49% de pobreza extrema).
Como si esto fuera poco, el año 2019, dejo a Iquitos con el peor registro de nivel de empleo formal de los últimos 20 años. Con una caída de -2.6%, originando que casi el 90% de la PEA de la región este desempleada o subempleada. Pueden imaginarlo? Esto quiere decir que los ingresos de las familias se han visto reducidos, y por ende hoy se consume menos. Esta situación incluso afecta al sistema financiero de Loreto, donde la tasa de morosidad a setiembre 2019 fue 8.8% (fuente: BCRP), lo cual indica que los prestatarios no están cumpliendo con pagar sus deudas al banco, y es lógico que cuando los ingresos caen, la morosidad tiende a aumentar, no hay dinero para pagar deudas, así de práctico. Cuando las familias consumen menos cae la demanda interna, cae la inversión (nadie invierte donde no le van a comprar) y se da lo que llamamos recesión. En este contexto, las familias que ahora no tienen empleo, tratan de usar de la mejor manera el dinero que tienen ahorrado, gastándolo por lo general en bienes de consumo que al menos cubran su Canasta Básica Familiar (CBF) al menor costo posible. Si ayer hacían mercado con S/50.00 diario, hoy lo harán con S/40.00; esto se vería mejor si hubiese una estadísticas oficiales y actualizadas sobre el nivel de ingreso de las familias en Loreto.
“La canasta básica” efectivamente se ha ido incrementando en los últimos años, y de cierto modo guarda relación con la Remuneración Mínima Vital (RMV) que actualmente es de S/930, monto que en algunos casos no permite acceder a la canasta básica si consideramos que en nuestra región, en promedio en una familia de cuatro integrantes solo uno de ellos es el que trabaja. Es por ello que se puede decir que la relación que hay entre la canasta básica y el costo de vida de las personas es un tema fundamental que tiene que ser atendido. En ese sentido, menciono que en una comparación entre salario mínimo y canasta básica en Loreto que realizó el Instituto Peruano de Economía (IPE), nosotros nos encontramos exactamente en la cola de las 25 regiones del Perú. Existiendo una brecha estimada en un poco más del 50%, con respecto al promedio nacional.
Más del 60% de la población de Iquitos no puede acceder a una buena canasta básica. Hemos visto que el mínimo vital no cubre ni la mitad de las necesidades básicas de un hogar de cuatro miembros. Además en los últimos meses, los alimentos se han incrementado como producto de la entrada en vigencia de la “Ley No 30897”. Eso nos lleva a afirmar que requerimos “inversión” de manera urgente que reactive nuestra economía, sean estas nacionales o extranjeros para implementar proyectos de inversión a corto plazo. Aquí entran en juego dos variables: por un lado, la necesidad de un MARCO JURÍDICO ESTABLE durante una cantidad de años bien establecida y predecible para disminuir la incertidumbre; y como “NO” lo tenemos, hace que los inversionistas posterguen sus decisiones. Por otro lado, se requiere de financiamiento, es decir, dinero fresco para hacer empresa. Estas dos condiciones no son simples ni rápidas de lograr; más aún en un contexto regional “mediocre” que nos espera para este nuevo año 2020. Mientras tanto, aumentar la eficacia y la calidad del gasto de los fondos del “Fideicomiso” será clave. Es decir el GOREL tiene la palabra. Sino, pagaremos el precio de haber hecho una reforma en el momento más inoportuno, y la complacencia nos pasará la factura. Termino este artículo diciéndoles a los que llegaron hasta aquí, que siempre pueden hacer caso omiso a “mi visión” por no ser de su simpatía y seguir como estamos para ver hasta donde más pueden hundir a nuestra Región. .