Sabemos que beber agua ayuda a bajar de peso pero hacerlo cuando está helada puede ayudar aún más.
Cuando tienes sensación de hambre, el tomar agua te ayuda a calmarla un poco, aunque no debes hacerlo en todo momento que esto suceda. En realidad tus niveles de hidratación dependen de tu peso, altura, actividad y clima del lugar en donde vives.
Estos tres hechos te ayudarán a tomar la decisión de tomar más agua.
Beber agua con hielo es más potente.
Tomar agua helada obliga a tu cuerpo a trabajar con mayor intensidad para compensar la baja temperatura. Calentar un vaso de agua helada dentro de tu organismo llega a quemar hasta siete calorías, esto según a la investigación hecha por el Journal of Endocrinology and Metabolism.
El beber 10 vasos de agua fría por día durante una semana y podrías estar quemando hasta 490 calorías por semana.
Beber agua ayuda a comer menos.
Un gran vaso de agua te ayuda a no estar comiendo a todas horas del día. Un estudio publicado por la revista Nutrition, revela que las personas que toman un vaso de agua grande media hora antes de cualquier comida pueden llegar a perder hasta dos kilos.
Agua fría para acelerar tu metabolismo.
Un par de vasos bien fríos te pueden ayudar a disparar la capacidad de quemar grasa dentro de tu organismo. Un estudio de los Estados Unidos ha comprado que los sujetos que bebían dos vasos llenos de agua experimentaron un aumento del 30% en su tasa metabólica en tan sólo media hora.
Gran parte de este proceso venía gracias al gasto de la energía corporal para calentar el agua hasta temperatura ambiente.