Yo discrepo de algunos ingenuos que piden cargos meramente técnicos para que rodeen de manera coherente y efectista a los alcaldes y presidentes regionales que han asumido funciones hace unos días a nivel nacional. Es más, tenerlos en toda su extensión es incluso peligroso y arriesgado. Una autoridad novata suele caer en este juego mediático que exige la tribuna y normalmente no encuentra respuestas y acciones adecuadas cuando las papas queman.
Al igual que sucede con el gobierno central al notar inseguros y poco adiestrados para la respuesta política ante los problemas, lo mismo pasa con gerentes y funcionarios del más alto rango en municipios y gobiernos regionales cuando la población les demanda soluciones que, normalmente suelen ser técnicas, pero que requieren de una explicación macro que normalmente requiere de un rigor y comprensión política.
Hay ciertos cargos que evidentemente tienen que tener un perfil más específico. Por ejemplo Comercio Exterior, Tributación, Recaudación, Servicios al Ciudadano en general, pero una Gerencia General, Seguridad Ciudadana y Transportes, que suelen ser las áreas más críticas de toda gestión, tiene que tener personas adiestradas en estas áreas pero con un panorama más amplio y político que salve de la hoguera a su autoridad.
Muchas veces estas autoridades han llegado a esos cargos por defecto, cansancio o por ser el mal menor. No han llegado con un amplio respaldo y sus diferencias con los perdedores suelen ser estrechas. Un tercio de la población en promedio, por eso su credibilidad o su crédito popular se le cae rápidamente y es cuando necesita de operadores que sostengan una gestión. Es evidente que los resultados van a primar finalmente, pues así tuviese cuadros en todos los sentidos, cuando no hay evidencias tangibles que los respalden nada ni nadie acredita que termine bien su periodo.
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