ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

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Antes que Martín Vizcarra disuelva el Congreso de la República varios políticos ya buscaban convertirse en congresistas. Buscaban, también, vientres de alquiler y, digo, alquilarse ellos mismos. Esta será una elección parlamentaria distinta a las anteriores, pues no habrá candidato presidencial y eso “del arrastre” de una figura regional será mínimo. Pues las figuras nacionales están en problemas judiciales y los que no han sufrido un bajón, como es el caso del Partido Morado que, en el Oriente según la última encuesta, ha bajado de 12 a 4 por ciento en la aceptación.

Pero más allá de los ajetreos y reacomodos que toda elección provoca hay que decir que los cuatro elegidos por Loreto gozarán de los mismos beneficios de los anteriores y que eso determinará que cuando se conozca quiénes serán los beneficiados, inmediatamente gozará también de desprestigio.

Mantener un congresista no es barato. El Estado gasta un promedio de un millón y medio de soles anuales para mantener los despachos de los 130 parlamentarios. Un padre de la patria tiene un sueldo fijo de 15 mil 600 soles mensuales. Recibe un bono por escolaridad, dos gratificaciones en julio y diciembre, y la compensación por tiempo de servicios (CTS) de entre 50 mil a 100 mil soles. También una asignación por desempeño congresal de 7 mil 600 soles, y una bonificación por función de representación de 2 mil 800 soles. En total 26 mil soles mensuales. Eso es para él. Pero tienen la posibilidad de sugerir la contratación de personal para el trabajo que desarrollarán.

Son los llamados “servicios de personal, asesoría y apoyo logístico para el desempeño de sus funciones”. Generalmente ha sido un asesor principal y un segundo asesor, además de secretaria y alguien que se ocupe del tema de los servicios y de las coordinaciones en las regiones de donde provienen. Cada parlamentario recibe seguridad y son resguardados por dos policías.

Los asesores de los congresistas perciben una remuneración de entre 7 mil 700 soles y 9 mil 400 soles. Los técnicos ganan 5 mil 300 soles. Los auxiliares 2 mil 600 soles y los coordinadores alrededor de 2 mil 600 soles.

Una vez instalados los legisladores tienen a su disposición una oficina de 120 metros cuadrados con el equipamiento necesario. Una laptop, una tablet, seis celulares para su equipo, pasajes internacionales para comisiones de servicio, cuatro pasajes aéreos nacionales de ida y vuelta y viáticos en caso de viajes al exterior con cargo a rendición de cuentas. Todos los parlamentarios y los trabajadores de su Despacho tienen derecho a un seguro de asistencia médica familiar, un seguro de vida y accidentes. Se asigna presupuesto para cubrir hasta 6 eventos al año por un monto máximo de 6 mil soles. Servicios de imprenta, y el préstamo de un vehículo hasta por 15 días calendario. Claro que si son nombrados en la Mesa Directiva tienen auto permanente.

Si el parlamentario es nombrado Presidente de una comisión ordinaria tiene la potestad de gestionar la contratación de más personas. Igual si le nombran como presidente de una comisión especial. Si es Vicepresidente de la Mesa Directiva puede lograr que se contrate un promedio de 50 personas.

Todo este régimen de beneficios y “derechos adquiridos” no se ha disuelto. Y, la mayoría de ellos están asegurados en el Reglamento del Congreso y en acuerdos de Mesa Directiva que tienen fuerza de ley y, si se dan las circunstancias, podrían ser variados por el próximo Congreso. Bajo la premisa que nadie quiere perder esas gollerías se entenderá que los cuatro congresistas que elijamos en Loreto gozarán de los mismos sueldos y atribuciones de los anteriores.

Por eso se entiende la algarabía que ha despertado en muchos la sola posibilidad de ser elegidos congresistas. Con esas remuneraciones y pequeño poder les cambia la vida. Directa o indirectamente manejan un presupuesto de más de 200 mil soles para ellos y para la contratación de personal. Se ha disuelto el Congreso pero no los beneficios.