La alicaída gestión de la alcaldesa de la provincia de Maynas, Adela Jiménez y la mayoría de regidores, vienen haciendo los suficientes méritos para irse como una más de las tantas que han pasado por el sillón y el concejo municipal. Ni su paso transitorio como alcaldesa encargada cuando tuvo que reemplazar al también cuestionado exalcalde Charles Zevallos, le ha servido de ejemplo para no cometer torpezas.

Basta recorrer el distrito de Iquitos para ver que somos una ciudad en abandono total. Calles llenas de polvo, pistas con huecos, semáforos destartalados,  obras que antes de ser entregadas presentan desperfectos, remodelación de plazas públicas cercadas con calaminas para impedir ver qué de irregular se cocina en la ejecución de las mismas, mototaxis viejos y nuevos sin placa, ómnibus o colectivos que hacen lo que les viene en gana, generando más de un accidente de tránsito.

Caminar por el distrito de Iquitos además permite darnos cuenta que las veredas son un verdadero dolor de cabeza para los transeúntes y ni qué decir el mal momento que deben pasar las personas con discapacidad para transportarse por estos desnivelados accesos. Así de jodido estamos como ciudad.

Y tan jodido estamos que la gestión de la alcaldesa ahora nos sorprende con la adquisición de unidades de transporte unipersonal, conocido como scooter, para mejorar la seguridad en plazas y zona monumental de Iquitos. Seis unidades adquiridas a la módica suma de 13.290,40 dólares cada una que hacen un total de 79 mil 742,40 que significa al cambio a 3.00 soles la suma de 239 mil 227,20. Una bicoca para la magra economía municipal. Dinero que fácilmente podría haberse destinado para la adquisición de otros bienes, quizá semáforos, bicicletas para que se recorra sanamente la ciudad. Mejorar los equipos de comunicación y hasta dotar de mejores condiciones a los puestos de intervención rápida.

Me imagino viendo a estos “juguetitos” nuevos recorriendo solo la parte alta del bulevar de Iquitos y no el primer nivel.  Transportarse por la uniforme vereda del malecón Tarapacá o por alguna de las plazas remodeladas que no se sabe si estarán culminadas antes de que se malogren estos scooter.

Lo que sus asesores y regidores cercanos a la alcaldesa deberían decirle es que los pobladores ya no somos tontos. Quizá lo fueron al confiar en una mujer que finalmente ha terminado por decepcionar a muchos como autoridad. Si algo puede hacer en este año y casi cinco meses de gestión que le queda, es que las obras en curso las termine de hacer bien, aunque creo que eso está bien difícil y ni se le vaya a ocurrir postular al gobierno regional porque puede terminar dándose de bruces contra la pared y eso sí que puede dolerle y mucho.

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