Iquitos:

Escribe: Jorge Martín Carrillo Rojas

No sé si a los columnistas de este diario les debe pasar, que decidir sobre qué tema escribir es un verdadero dilema. En una semana previa a enviar los escritos pasan tantas cosas en esta ciudad, en el país y el mundo, que abordar un tema específico puede llevar a dejar de lado otra problemática quizá más importante.

Pero si hay un tema en el que creo puede haber consenso es que vivimos en una ciudad en el que reina la pendejada.

Iquitos se ha convertido, por ejemplo, en la ciudad en el que existen casi por obligación los semáforos y porque así estipula vivir en un lugar “moderno”, pues pocos, por no decir nadie, obedecen a este ordenador de tránsito.

Para muchos conductores el rojo no significa nada y menos el ámbar. Basta con pararse en una esquina para ver que antes de que cambie de color rojo a ámbar y luego a verde, ya los conductores estamos avanzando a la mayor velocidad cual conductores de carrera de carros o motos.

La mayoría de conductores de cualquier tipo de vehículo, parece que no conocen el porqué de la presencia de un semáforo.

No saben que el color rojo es para parar y permitir el cruce de los peatones a través de esas líneas blancas llamadas cruceros peatonales, que solo en algunos cruces de vías existen. La señalización de las demás calles no importa.

Si la Policía tan solo hiciera cumplir el respeto a esta señalización de tránsito, las arcas municipales por el cobro de multas serían mayor a otras por infracción al reglamento general de tránsito.

En esta ciudad en la que reina la pendejada, el peatón o poblador de a pie no existe. Que se las ingenie para que cruce de una vereda a otra, porque simplemente el color rojo en el semáforo, más aún si una calle esté cerrada no sirve para nada, el rojo es para pasarlo sin tomar en cuenta al peatón.

Somos una ciudad en la que primero es promover la entrega de licencias de conducir así no conozcas nada de las reglas de tránsito. Lo que importa es llenar las arcas municipales y que los “conductores estén documentados” para no respetar las reglas de tránsito.

De un tiempo a esta parte es importante los operativos contra aquellos que no usen casco. Aunque aún existen trabajadores y funcionarios municipales, del Ministerio Público, la Policía Nacional y hasta los propios periodistas les importe un bledo usar el casco que manda el reglamento general de tránsito.

Si así están las cosas en un tema que podría no ser importante. Vaya uno a imaginarse cómo estamos en otro orden de cosas. El auto asalto se ha puesto de moda. El de ayer miércoles en la madrugada en una de las sede de la UNAP en donde un día antes los estudiantes habían pagado la matrícula, en el que ni el vigilante no vio nada y las cámaras de seguridad estaban apagadas, es para reírse, más allá de lo preocupante que resulte este tipo de casos que merecerán junto a otros temas otras columnas.

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