Y ahora qué. Ya te has vacilado, has comido tu juane y, doble contra sencillo, que has tomado más chelas que chicha. Y eso que en plena plaza costaba entre 7 y 8 soles la botella de esas rubias. Y tu fiel al castigo de estos abusivos, ¿qué dices?

Porque la pregunta corta y directa a la yugular está ahí. Y ahora qué.

Ya disfrutaste de zaperoko, de «la nariz de la cumbia» Cristian Domínguez. Pero qué más. Sólo eso. Eso es lo más saltante. Eso te hace sentir completo.

Un imponente escenario donde se levantó un monumento inflado del auspiciador principal de la festividad. Pero nada ahí que demuestre a propios y extraños que el santo patrono o el juane son los dueños de la celebración. Son ellos los homenajeados. Pero no. Una botellaza de cerveza estaba ahí al frente llevándose todas las miradas.

Y si a eso le pones el banercito de marras que a un franelero funcionario se le ocurrió poner ahí, también en el escenario, con el nombre del alcalde Sanjurjo. Qué pues dices.

Ahora bien. No todo fue frivolidades. No. Sería muy mezquino de mi parte no reconocer el esfuerzo de la gestión por sumar más cosas en el intento de darle nivel a la fiesta patronal. Pero, así mismo creemos que resultan siendo insuficientes. Sentimos que la ley del menor esfuerzo les sigue ganando. Y eso se nota desde lejos, como a esa botella de cerveza inflable.

Por eso, sentimos envidia de lo que ofertan y venden turísticamente regiones vecinas. San Martin y Ucayali, deben ser nuestros referentes, pero ni copiar y pegar siquiera hacen de algunas de las tantísimas cosas buenas que tienen ellos en sus programaciones. Pero además ellos tienen lo que a nosotros nos falta hace tiempo. Autoridades comprometidas en todos los niveles de gobierno. Y un plan de trabajo que se pone en marcha el día 25 de junio, es decir, ahí normas cuando están eructando lo que han comido y tomado, se ponen a trabajar ya para el año siguiente.

Para nadie es novedad que Fernando Meléndez y Francisco Sanjurjo han roto palitos políticamente hablando. Cada quien está jugando su propio partido con miras a las próximas elecciones, entonces, cómo creen que se iban a apoyar para sacar adelante una celebración por todo lo alto. No pues, eso es como que pidas ceviche a la señora que vende juanes.

Y ahora qué. Pues yo creo que nada. Todo seguirá igual y hasta peor. Prepárense que el 2018 tendremos una fiesta de San Juan tibia, como siempre. La campaña electoral estará en su recta final. Que no les sorprenda que en vez de esa botella gigante se ponga la imagen de Pancho. Que Meléndez en vez de ese árbol feísimo de la entrada al Gorelor ponga la figura de la candidata a Maynas, o sea de su esposa Rosío. Y ni esperen que Adela desde Maynas haga algo al respecto, mientras no tenga confirmado como su socio electoral a Pancho, no le va a dar más que tablas y palos para que arreglen algo la Feria Artesanal. Finalmente, dependiendo de que alguien le diga «cómo es», el presidente de la comunidad tratará de jugar por sus propios intereses y hasta de chocar con el párroco de la iglesia.

Y ahora qué.  Pues eso. Más de lo mismo, que no es otra cosa que ser menos cada año. Mientras se siga confiando a “sacha” promotores so pretexto de que la municipalidad no tiene presupuesto para eso, seguirán dependiendo de estos personajillos oscuros que empeñan la imagen de todo un pueblo a la primera cervecera que les sacude el billete.

Sanjuancito de bandera

Pide pan y no le dan

Pide queso, menos eso

Pide látigo, eso sí…

 

También puede leer este y otros artículos en: vuelodemosca.blogspot.com