Cuando vimos a los chinos perforando las calles de Iquitos, nunca imagínanos que consecuencias traería aquello, las ya conocidas inundaciones, el sistema colapsado de aguas servidas entre otros, pero de ello ha pasado ya algún tiempo y tengo la sensación que se nos ha quedado un mal habito o en todo caso se ha puesto muy crónico la cosa.
Me refiero a la educación vial en Iquitos; de hecho nuestro transito compuesto en su mayoría por pequeños motorizados y vehículos livianos deberían asumo yo un ordenamiento nada complejo; lastimosamente esto no se refleja en el diario de trafico por ejemplo son las siete de la mañana, mi trayecto programado es Punchana hacia San Juan bautista asumo que esto no me debe tomar más de 20 minutos aproximadamente, grave error haber tenido esa percepción.
¡Es un pandemonio! , padres de familia estresados, apurados, furiosos de no haberse levantado más temprano y llevando a sus 3 hijos al colegio en una sola moto lineal, surcando, esquivando, usando la técnica de driblear a cuanto vehículo se le asome al frente suyo con la finalidad de no llegar tarde a la escuela de sus retoños.
Se unen a esta carrera automovilista mañanera unos hombres y mujeres bien a la tela, por lo general vestidos de camisa manga larga blanco y pantalón oscuros, cual “hombres de negro” son los servidores de bancos, servidores públicos y demás quienes apuran el paso para marcar sus tarjetas antes de las siente y treinta o si no someterse a descuento de fin de mes aunque esto implique entrometerse y adelantar por el carril izquierdo a otros conductores frenéticamente y en primera. Cuando perdimos la orientación y la sensatez?
Si vas en contra no pasa nada, es solo una cuadrita, si esta a la vuelta no más, cualquier excusa es válida para no cumplir con las reglas o con las señales que nos gritan a la vista para mantener el orden.
Espero que un peatón cruce una esquina de hecho era una señora de edad tratando de pasar a la acera de frente; e inmediatamente me acribillan una ráfaga de claxons por la espalda, pasa no mas oye! , apura pues webon! La mujer me mira asustada, no sabe cómo reaccionar y se queda parada en su sitio mientras yo recibo las muestras de “cariño” de los demás conductores quienes rechazan mi amabilidad en el infernal tráfico loretano, a esta trágica situación debemos sumarle las peripecias de manejar en la cuidad con mas contaminación sonora del país 115 decibeles cuando el límite superior deseable de ruido es de 70 decibeles, agréguele un ingrediente más pistas huecas y rotas más que una superficie lunar.
Fueron 40 minutos los que me tomo llegar a mi destino predeterminado, el trafico una buena excusa para mi profesor junto en el día del examen final.