Entre los gobernadores regionales tal vez el caso de Yamila Osorio Delgado sea el que destaque desde el inicio. No sólo por ser la única mujer electa como gobernadora regional sino la más joven y la que ha sabido en su momento, jugársela por entero por la opción de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) cuando requería de líderes regionales que sumen cuando era apabullado por el fujimorismo. No se puede saber a ciencia cierta, pero si el triunfo mínimo de Kuczynski se dio un poco por la división de la izquierda, por la indecisión de Santos o las denuncias últimas de narcotráfico ligado a gente del Fujimorismo, también se puede deber a estas sumas que llegaron desde provincia.
En ese aspecto, el apoyo abierto y confrontacional contra Keiko Fujimori de Yamila Osorio fue decisivo. De ahí el acercamiento, aprecio y cierto respeto político de PPK para con la gobernadora regional de Arequipa. De hecho, las veces que ha sido requerido ha estado en las inauguraciones de grandes inicios de obras que, sin el apoyo decisivo del gobierno central, no hubieran podido salir.
Esto sumado a una serie de acertadas decisiones de la gobernadora que la colocan en lugares expectantes en el ámbito del empresariado nacional e incluso en círculos de la academia, hacen que la performance de la joven gobernadora sea al menos convocante. Ha sumado una decisión verbal de no ir a la reelección prefiriendo la preparación académica seguramente con miras a un destino político mayor.
Hasta ahí todo parece bien encaminado, más allá de ciertos cuestionamientos en la región propios del ejercicio y la envidia política que su presencia ha causado. Pero en las últimas semanas el tema Odebrecht ha alcanzado una obra emblemática de su gestión. La detención de José Castillo Dibós Director Gerente de Contratistas Generales e Ingenieros Civiles y Contratistas Generales ICCGSA es una prueba de fuego sin duda. Una de las obras que quiere dejar como una de las emblemáticas de su gestión es la culminación de la Variante de Uchumayo, una obra que se fraccionó en partes y que la gestión anterior la inició y la actual, a través de ICCGSA realiza su segunda etapa.
Esta, ha tenido retrasos y ampliaciones en su presupuesto y luego de la detención del máximo de la constructora por el señalamiento que esta socia de Odebrecht otorgó más de 3 millones de dólares a Alejandro Toledo, la cosa se ha puesto color de hormiga para Yamila Osorio, pues ya hay voces que señalan que la obra se paralizará.
Es difícil despercudirse de estas tinieblas de denuncias que ha generado la corrupción de Odebrecht. Por más que no tenga que ver con la construcción de esta obra los hechos imputados actualmente contra Castillo Dibos, seguramente en términos políticos va traer consecuencias y saber salir de ellos es la prueba de fuego de la habilidad de la gobernadora regional. Esto, sin considerar que determinen a nivel fiscal y judicial las investigaciones que ya han pedido al respecto dos congresistas de esta región.
Por lo pronto parece que el golpe ha sido duro pues no habido mayor exposición ni explicación al respecto. La prueba inicial a superar imaginamos es que la obra no se detenga y se entregue en enero como se anunció pues un retraso más sumarán a las sospechas que los políticos locales ya han empezado a afilar en la campaña electoral pues saben que el grupo que la sostiene será el rival a vencer.