“Se llevó un lado de mis botas” asegura fémina

Katty N.V.  (26) se salvó de caer en un remolino a orillas del Río cuando fue a limpiarse las botas. La familia cree que fue atacada por un Yacuruna.  El hecho se registró en el pasaje Miraflores cerca de Bellavista Nanay en el distrito de Punchana. Durante el día y hasta la noche varias personas apoyaron con el recojo de arena para realizar el relleno de su calle, lo que facilitaría el acceso a varias casas afectadas por la inundación de los ríos.

El trabajo acabó  pasado las 9 de la noche y Katty se acercó al rio, en ese momento sintió como la bota izquierda es jalada hacia el agua con gran fuerza. Lo que le provocó un gran temor que le impedía pedir auxilio. Un remolino se presentó en el agua frente a ella. A la distancia y mientras emprendía huida de la zona pudo ver como un ser “humanoide”  estaba parado sobre el agua. Al momento de llegar a su casa explicó lo que había ocurrido. Varios vecinos fueron hasta el rio encontrando una parte vacía entre el guamal.

“Era un Yacuruna lo que intentó robarse a mi hermana. Ya los vecinos desde hace varios días avisaron que una persona bien delgada estaba parada sobre los puentes de madera ahí en el rio. Esa parte donde se vio el remolino es bien hondo y lo que quería ese ser es arrastrarla hacia el fondo. Quizá si no se sacaba sus botas ya no la volveríamos a ver”, dijo Roció, hermana de la joven.

La agraviada de nombre Ketty aseguró que el ser parado sobre el agua no parecía humano. Atribuyendo que se trata de un Yacuruna, un dios mitológico que vive en las profundidades de los ríos y los lagos de la Amazonía cerca de Iquitos. Él tiene el poder para convertirse en forma humano dando la apariencia de ser un hombre guapo.

Usando poderes mágicos de seducción, él a menudo engaña a las muchachas inocentes, haciéndolas enamorarse de él y seduciéndolos. Una vez que han caído a sus hechizos, él trae a las chicas para su hogar en las profundidades del agua donde se convierten en los seres subacuáticos parecidos a la Yacuruna, para nunca más verse otra vez por el mundo exterior.