[Melgar ganó 3-2 a Sporting Cristal].
Fue la final soñada, así podríamos llamar la gesta del ‘Dominó’, que con una victoria sufrida ante los rimenses llegó al campeonato tras 34 años y en el marco de su centenario. Celebra Arequipa al pie del Misti, con un Estadio de la UNSA que entró en erupción como en el tiempo de los hermanos Neyra.
La primera parte del partido tuvo un ida y vuelta espectacular, primero con un penal a favor de Melgar a los 14 minutos, desde los doce pasos, Ysrael Zúñiga la falló y a la jugada siguiente Luiz Da Silva marcó de cabeza el 1-0 para rimenses ante la sorpresa la afición ‘Dominó’.
Melgar tuvo paciencia y tras un pase cruzado, Omar Fernández metió una ‘puñalada’ en el área ‘Cachete’ Zúñiga, que con la punta del botín puso el empate y la ilusión a los 21 minutos.
Omar Fernández fue una pesadilla para la zaga de Sporting Cristal y en un contragolpe extraordinario, Alexis Arias dejó atrás a su marca y le cedió la responsabilidad al colombiano, que con mucha calidad definió el 2-1 a los 43′.
Fernández con 22 años demostró que está a otro nivel y su velocidad marca la diferencia en el medio local. La definición fue exquisita y Diego Penny terminó pagando.
Sporting Cristal tuvo paciencia y poco a poco fue llegando a la portería de Patricio Álvarez, que en el complemento pagó a la confianza de Reynoso con buenas sacadas.
A los 69 minutos, Horacio Calcaterra recibió una patada en el área y ante la sorpresa de Lampros Kontogiannis, el árbitro Luis Garay señaló penal para Sporting Cristal.
Desde los doce pasos, Sergio Blanco se cobró una revancha y forzaba en ese momento los penales en el Estadio de la UNSA.
El partido fue dramático y debía tener un final así. Bernardo Cuesta recibió un pase de Rainer Torres que forzó un error en salida, luego el argentino falló en el mano a mano y de rebote metió la cabeza para vencer a Penny, que no pudo salvar una vez más a su escuadra a los 90 minutos.
El delantero que vino a mitad de año al Melgar fue a la tribuna a celebrar con lágrimas y como muchos en el estadio, la sensación de ser campeones una vez más, quedó sellada en el coloso arequipeño.