Beto Gómez, Braulio Grandez, Moisés Homero Ríos y Daniel Santos son cuatro de los 15 “Voluntarios de Dios”, quienes son un ejemplo de solidaridad.
Durante los primeros días más críticos de la primera ola del Covid-19 en Iquitos, estos jóvenes dejaron de lado su temor y colaboraron reparando 30 camas del Hospital Regional de Loreto, para que los pacientes pudieran recibir mejor atención.
Braulio se desempeña como soldador, pero decidió unirse de manera desinteresada a este grupo, luego de conocer de su existencia a través de las redes sociales. Así como él, conocimos a Moisés, cuyos deseos de colaboración pudieron más durante la época de confinamiento.
“Todos estamos en casa y se presentó esta oportunidad con el padre Raymundo. Ese fue el empuje, porque todos estábamos traumados y cuando salí de casa para dar este apoyo, se fueron todos mis miedos”, contó.
A Daniel también lo motivó su deseo de apoyar a los demás, luego de padecer coronavirus. Él ayudó a instalar la planta de oxigeno que la iglesia de Iquitos compró para el hospital regional.
Otro que aportó con su tiempo, fue Roberto, quien era conductor del comando Covid de recojo cadáveres. Golpeado con la difícil situación que atravesaban cientos de familias, es que decidió sumarse a este equipo a invitación de su vecino Martín.
“Fui el representante en redes, porque empecé a pedir donaciones para reparar las camillas. La población, ferreterías y diferentes grupos de apoyo se sumaron a la causa de diferentes maneras”, manifestó Beto.