Esa mano

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El compañero Hugo Wong Luján ha vuelto a escena por estos días. Y lo ha hecho para despotricar y alabar. A este paso el compañero no sabemos cómo terminará. Pero una cosa hay que rescatar de su aparición en los medios: defiende con garras, garganta y dientes sus frejoles. Y no muerde la mano de quien le da de comer en presente porque el pasado vergonzante es otra cosa. No importa quién sea su patrón de ocasión, lo importante es que lo defiende a su estilo. Eso hay que felicitar porque de rojo pasa a verde y de verde a naranja. Así va terminar como el llanero solitario.