Aún está como sangre en la retina las imágenes de la salvaje agresión sufrida por una joven que fue roseada con gasolina y prendida en llamas por un hombre cuando viajaba en un bus. Hoy ella lucha por su vida, tiene el 60 por ciento de su cuerpo quemado, tendrá que pasar por unas quince intervenciones quirúrgicas para superar sus heridas y recuperar en algo su belleza, que, para el enfermo que le atacó, fue motivo de su tremendo ataque.

Los medios nacionales ni terminaban de desarrollar esta lamentable noticia cuando nos dieron a conocer otro hecho terrible, el de una joven madre que arrojó desde el tercer piso del edificio donde vive a su bebé de tres meses, tras discutir y ser agredida físicamente por su pareja, padre del recién nacido.

Horas antes en Tacna fue detenida, otra joven madre, que días antes había dejado abandonado a su hijo de días de nacido en medio de un basural, donde fue atacado por perros y roedores que le lastimaron y dejaron terribles heridas por las mordeduras en el rostro, cabeza y otras partes del cuerpo. Lugareños al escuchar el llanto de la criatura lo encontraron, rescataron y dieron parte a la policía. El pequeño se aferra a la vida.

Aquí, en Iquitos, los medios de comunicación radiales a través de sus noticieros matinales dan cuenta de una menor de 12 años, que fue retenida y abusada sexualmente por un hombre de 21 años. -Varios de los reporteros y conductores, ponen al descubierto que siguen sin saber manejar y tratar temas tan delicados donde incluso las víctimas son revictimizadas por ellos. Esto es tremendamente preocupante y hasta indignante-.

Ayer, los mismos noticieros dan cuenta de una señora que fue golpeada hasta destrozarle la nariz y dejarle llena de moretones por todo su cuerpo, por parte de su conviviente. ¿Su pecado, su error, su falta? Negarse a comprar e invitarle tres cervezas a las 6 de la mañana.

Podemos sumar a esta seguidilla de actos violentos otros más. Porque, no lo podemos negar, vivimos tiempos donde las agresiones verbales, psicológicas y físicas están a la orden del día. No hay día en que pasemos en blanco con este tipo de noticias. En cualquier lugar del país. Donde uno menos piensa. Hay un ser humano, en mayor número mujeres y niños, que sufre salvajes agresiones.

Somos una sociedad que solapa y hasta permite abiertamente estos hechos. En los hogares, en las calles, en los centros laborales. Ahora mismo, en la política, en la campaña electoral, se jalan los pelos y hasta se quieren arrancar los ojos unos a otros. Han postergado y puesto en un segundo plano el debate por el combate artero. Dejamos la valiosa propuesta por la inútil protesta. Así estamos.

Sobre el particular, casi siempre, leo lo mismo. Que las autoridades, que los periodistas, que las instituciones, que las ongs, que la marcha #NiUnMenos, que fulano que zutano. Que tal o cual. Que todos, que ellos, que los demás, que él, tu… pero nunca yo. Sí, nunca. Ni como golpes de pecho. Ni de broma una autocrítica. Una mirada hacia adentro. Un alto en el camino y ver que estamos haciendo en lo personal. En serio, si cada uno como persona, en lo individual sin generalizar, nos evaluamos, nos daremos cuenta que podemos hacer mucho contra la violencia de todo tipo y en todos los espacios. ¿Qué puedo hacer contra la violencia? La pregunta esta en tu cancha.

@RMezaS

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