La obsesión del capitalismo líquido por vender humo (de cierto modo es especulación como las hipotecas supervaloradas que fueron el crack del capitalismo de estos días) es tremenda que ha influido notablemente a los países y la mente débil de sus gobernantes y funcionarios. Difumina lo que encuentra a su paso como un huracán de categoría cinco. Desde hace algunos años está muy en boga relacionar al país a un sello de marca, los de la idea parecieran que no han leído el libro de Noemi Klein, “No logo” o sí lo han leído se han hecho los longuis (en peruano, hacerse los cojudos). Así tenemos por estos días en el paisanaje institucional la palabra Marca Perú, Marca España y otras bagatelas. Que la burocracia y funcionarios lo repiten como un mantra y sin saber sus consecuencias. ¿Qué quieren decirnos con esa palabreja? ¿Resume acaso lo que es un país?, ¿es un engaña bobos?, ¿es un trabajo (y chamba para publicistas) más de marketing, es decir, el de envolver mejor el pescado para vender y sin saber la calidad de la elaboración del producto? Muchas de sus actividades se reducen a promocionar productos, spot sobre el turismo de un país y a reforzar, muchas veces, los tópicos existentes sobre ese país pero de manera edulcorada. Pero para eso ¿era necesario instituir una marca por país? Por ejemplo, la campaña de publicidad sobre la floresta donde un grupo de personas viajaba a un pueblo de Italia repetía los lugares comunes de siempre: espacios místicos y mágicos, de mujeres sensuales, comidas exóticas ¿esto es lo que llaman promocionar la marca? Me preguntaba, el grado de corrupción existente en un país ¿se pudiera incluir en la marca de un determinado país? O ¿la desigualdad social es también atributo de esa marca?, ¿la falta de acceso de educación y salud es parte de esa marca? Alguien me dirá, no pues, no seas aguafiestas. Me parece que a los países hay que verlos en los esfuerzos de la ciudadanía cada día que desea que haya menos corrupción, desigualdad, mejores colegios públicos, una buena sanidad pública, que se erradique los tratos de favor. Es una de las mejores maneras de promocionar un país mostrando estos logros en el desarrollo y capacidades de las personas sin necesidad de salpimentarlo con fruslerías.
Eso es lo que nos quieren vender los medios de la derecha. Osea aqui vivimos el pais de las mil maravillas, todos estamos felices, todos contentos. Es la peor falacia que nos quiere imponer la prensa derechista.
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