Si te preguntabas por qué muchas parejas tienden a engordar, no es mero descuido, pues hay una explicación científica descubierta tras varios estudios que indican que, al mantener un vínculo estable y feliz, nos exponemos a un riesgo mayor de ganar algunos kilos.
Investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, trabajaron con 6,459 mujeres durante 10 años. Durante ese tiempo descubrieron que quienes tenían entre 20 y 30 años, que no tenían hijos, pero estaban casadas o en alguna relación seria, pesaban más que las que estaban solteras, pues ganaron un promedio de 5 kilos.
A su vez, otro proyecto desarrollado por la Universidad Metodista del Sur en Dallas, trabajó con 169 parejas durante 4 años, y llegaron a la misma conclusión de que ambas personas ganaban peso.
Mientras que en la Universidad de Nueva York también aseguraron que no había diferencia entre géneros ante este fenómeno, además de que los investigadores estaban de acuerdo en que las relaciones más satisfactorias y alegres promueven un aumento de peso.
Un patrón que los investigadores resaltaron entre las parejas que engordan es que, luego de un periodo de primeros encuentros en los que se citan en bares y restaurantes, el vínculo se hace más fuerte y deciden vivir juntos, lo que los lleva al punto anterior de cambiar los hábitos alimentarios, además de incluir más planes de fines de semana de quedarse en casa a ver películas y comer golosinas y comida chatarra.
De igual forma, luego de un largo tiempo de noviazgo, cuando el enlace afectivo y la seguridad son más fuertes, nos sentimos más relajados, lo que reduce el estrés y la tensión, por lo que nuestro apetito suele crecer.
Todo esto no se trata de una regla general, pues la vida en pareja incluso podría ser una influencia que beneficie a ambos para para practicar más ejercicio o comer más saludablemente.