Escribe: Jorge Martín Carrillo Rojas
coquicarrillo@yahoo.com
Para qué escribir de quienes podrían ser los próximos suertudos en ser elegidos este domingo como congresistas y quienes cambiarán su vida como si hubiesen ganado la tinka, cuando luego ni siquiera agradecerán, ni se acordarán de quienes confiaron en ellos.
Para qué escribir de los mototaxistas cuando quieren vivir bajo la ley de la selva sin respetar el orden establecido y, encima, algunos desadaptados que fungen de ser mototaxistas, se aprovechan para cometer caos y actos delincuenciales en la ciudad. En ese punto le doy absoluta razón a una persona allegada y que me lo recalca más de una vez. Esta vez dejaré este punto para una próxima columna.
Esta vez quiero aprovechar para rendir un verdadero homenaje a quienes, al igual que yo, los verdaderos por cierto, cumplen una labor callejera, de vacilón y suma responsabilidad. A aquellos desconocidos, porque no los vemos en la televisión sino muchas veces escuchamos sus nombres o leemos sus escritos.
Me refiero a los periodistas, pero sobre todo a los que como yo, y discúlpenme por mencionarme, nos olvidamos de los sábados y domingos y de los sagrados feriados para muchos.
Ahí están los reporteros, camarógrafos, redactores, algunos conductores y nunca, felizmente entre los que estamos casi siempre juntos, aquellos que han hecho de esta apasionante oficio un medio de chantaje y de beneficio para recibir un billetito de la menor denominación para callar o hablar mal de tal o cuál personaje.
Felizmente, creo, que en las comisiones que son noticia importante del día a día, aun nos encontramos personas comunes y corrientes, mal pagados en algunos casos, pero sin duda apasionados por el oficio que elegimos. Ahí están: Pablo, David, El Cholo Carlos, Henry, Bonita, Katty, Delcar, Jhon, Christian, Jennifer, Chacalín, Tatiana, Omar y paro de mencionar nombres porque luego puedo herir susceptibilidades. Pero sí puedo decir, para meter a todos en el saco, que en este listado están los amigos de la “Escuelita” con el presidente Gilberto a la cabeza, la que nos reúne todos los sábados para relajarnos, salvo alguna comisión lo evite, pateando pelota así no corramos o no juguemos ni pis-pis.
Y mientras la gente está casi, pues no es del todo completo en ninguna parte del mundo, bien informada y hasta se comunican con los colegas para saber de tal o cual noticia, muchos no saben cómo es la vida de cada uno de ellos. Sin embargo el verdadero periodista estará ahí, así no haya dormido, estará ahí pues esa es su verdadera pasión. Algo que creo, y disculpen si soy demasiado alabancioso, solo tenemos los que estamos detrás de la noticia. Con lluvia, sol, barro, cortando una celebración con unas rubias o negritas, siempre estaremos ahí detrás de la noticia, porque es nuestra pasión. Una pasión que pocos quizá lo podrán entender ni quizá comprender. Estos párrafos son mi homenaje y reconocimiento a una verdadera sarta de locos que no medimos el peligro con el convivimos día a día. Salud colegas, y lo hacemos casi siempre, pero lo importante es que esa pasión por el oficio que ejercemos jamás muera en nosotros.
@reporteropro