[ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel].

Que un político con la experiencia, sagacidad, egocentrismo casi patológico que admita no solo que ha sido derrotado en las urnas sino que es, lógicamente, un derrotado no es habitual en el país ni en la región. Hay, como se sabe, políticos que no ganan elecciones hace más de dos décadas y quieren dar clases de éxito electoral y hay de los otros que es casi seguro que morirán en el intento por convertir en sus vástagos en triunfadores en las urnas y se tendrán que ir de este mundo con el sabor amargo de la derrota porque sus actos están impregnados de odio y rencor. Por eso no deja de ser sintomático que Robinson Rivadeneyra Reátegui, a quien en este diario hemos minimizado con sus iniciales de RRR no sólo por la escasez de votos sino por su nula presencia en el escena local, haya admitido públicamente ser un derrotado sino que ha invocado a sus seguidores para que puedan aceptar cargos públicos en las nuevas administraciones ediles y regional.

Se dice que los políticos no se retiran. Eso es falso. Si no lo hacen es el pueblo quien los retira que es, como se entenderá, una forma poco elegante de salirse de la escena. En Loreto hay ejemplos que sería ocioso –por el momento- e infinito enumerarlos. Luego de tres derrotas estrepitosas RRR haría bien en retirarse o, si prefiere, cambiar totalmente su acción de lucha por el poder. De lo contrario tendrá que limitarse a participar en las contiendas como lo hizo este 2014, es decir, poniendo zancadillas a sus contendores apelando a esa frase bíblica que todos ven la paja en el ojo ajeno pero no se dan cuenta de la viga que tienen en el propio.

Pero RRR se olvidó en su autocrítica derrotista mencionar a quienes le acompañan en este fracaso descomunal. Ellos son, en ese orden, Jorge Morante y Héctor Minguillo, quienes debieran abstenerse de intentar convertirse en los fiscalizadores de gestiones y personajes que por lo menos están en mejores condiciones que sus oponentes. Mejor dicho, RRR debería saber que cualquier tiempo pasado fue mejor no solo por los votos que consigue sino por los sinsabores electorales que consigue.

Vamos a ver cómo se presenta el escenario político en las siguientes semanas pero por lo visto en los últimos días ya sabemos que será más de lo mismo o, en el peor de los casos, serán los mismos héctores. Pero cualquiera que sea el resultado la admisión de RRR como derrotado de este 2014 servirá para comprobar que los políticos, más allá de cifras, tienen un ego descomunal que se les va por el inodoro al mismo tiempo que se dan cuenta de la orfandad del apoyo que dicen adquirir.

 

2 COMENTARIOS

  1. ese sr. rivadneyra debería autolacrarse como político y poner su academia para enseñar a como tener una lengua viperina…

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