En España luego de casi treinta años de silencio y miedo, poco a poco van desenterrando a sus muertos. Emocionalmente es tremendo. El bando vencedor cogía a un grupo de jóvenes del bando contrario sin proceso alguno los ejecutaban, y los dejaban bajo tierra en las cunetas. Hoy luego de vencer muchos obstáculos, indiferencia de los políticos y políticas (el bipartidismo PSOE-PP ha sido ciego en este tema, han mirado para otro lado) van exhumando restos humanos de las fosas comunes que están desperdigadas a lo largo y ancho del territorio español. En este tema el Estado español ha abdicado en sus funciones y quienes realizan las exhumaciones son las asociaciones de víctimas con la omisión de las autoridades públicas (en la exhumaciones de fosas comunes en Ayacucho o Apurímac en Perú han estado presentes autoridades como mínimo la Defensoría del Pueblo). Esta indiferencia, muchas veces, se debe, desgraciadamente e infelizmente, a esa actitud de echar olvido que en nada ha favorecido a la vida cívica de este país, la ha enlodado. Muchas instituciones son opacas y pocos transparentes de cara a la ciudadanía. Esa actitud que todo lo que pasó nos hemos dicho en la cara y nos hemos perdonado mutuamente ha escondido las heridas y fracturas muy profundas como han sido las muertes extrajudiciales, desapariciones forzadas, enterramientos en fosas comunes y no se ha hecho justicia. Se sigue llorando a sus muertos que no han encontrado cristiana sepultura. Es más, a esas personas que enarbolan el echar el olvido hay que decirles que cada generación tiene su lectura sobre los hechos y, las nuevas generaciones, tienen una lectura muy diferente de la transición política y que a treinta años necesita otras miradas y actitudes.

 http://notasdenavegacion.wordpress.com

PD: En el caso del Putumayo con crímenes de indígenas ¿Se ha planteado alguna vez en los lugares donde estuvieron las estancias y por los alrededores hacer exhumaciones?