Una dirigencia nefasta por los viejos tiempos (que deben desaparecer)
De modo persistente, el gremio de transportistas públicos de Lima ha buscado boicotear la reforma integral del sector, impulsada por la alcaldesa Susana Villarán. Este martes y miércoles convocaron un paro general, con un fracaso estruendoso. Los mismos choferes, entre 80% y 90%, según estadísticas oficiales, salieron a trabajar.
La reforma de transporte, que busca reordenar el sistema de circulación, la facilitación de rutas más económicas (en tiempo y dinero), así como la modernización de una flota de vehículos vieja e incómoda y mejores condiciones de trato para los pasajeros, cuenta con un furibundo opositor, el antiguo dirigente Julio Rau Rau, quien tratado constantemente de luchar contra todo lo que signifique un choque contra lo que le perjudica.
Desde que tengo uso de razón, la reforma edil, que intentaron o debieron realizar anteriores alcaldes, se ha paralizado entre, otras cosas, por la interposición de los amigos del dirigente, que chantajean a toda una ciudad con paralizarla si no acceden a sus demandas o sus prebendas, las cuales han sido variadas y han generado básicamente el caos que ahora se intenta revertir (de hecho, una encuesta de GFK indica que el 64% de los limeños apoya la propuesta dela Municipalidad)
Según el Servicio de Administración Tributaria, el señor Rau actualmente tiene una deuda de más de 54 mil soles en papeletas a sus empresas de transporte. 6 sanciones vigentes, de las cuales 4 son graves y 1 muy grave. Las acusaciones de cobros impropios a choferes se han multiplicado contra su círculo más cercano.
Resumo este caso porque creo que representa claramente a una clase sindical anquilosada, conflictiva, con intereses creados y un oscuro sistema de presión, que en algunos casos es desembozada y cínica. No solo en el transporte, en otros espacios también. Uno de los casos por lo que el desarrollo urbano de Iquitos, por ejemplo, no termina de funcionar es por el constante ataque del sindicato de motocarristas, dela CGTPy de Construcción Civil.
Evidentemente, una clase política tembleque, sin conocimiento de los asuntos públicos, sin autoridad moral y con una voluntad maleable (para decirlo en términos elegantes) siempre retrocederá ante el chantaje. Una sociedad civil sin propuestas, sin respuesta inteligente ante lo que a veces termina siendo imposición altisonante, evidentemente no podrá hacer mucho para demostrar la importancia del orden y la planificación.
Mi impresión es que existe una gran clase trabajadora en el Perú, pero esta no necesariamente pasa por su clase dirigente. De hecho existen excepciones, en la cual los sindicalistas, efectivamente, se preocupan primero por los intereses de sus representados y son ejemplos de consecuencia y honestidad. Pero estos parecen haber dejado que el liderazgo de sus iniciativas recaiga en los turbios, en los engrasados, en los chantajistas. El desprestigio, no obstante, termina afectando a todos.
Las dirigencias nefastas parecen ser un mal signo de tiempos pasados, pero también, aún, del presente. Ayudemos a recuperar el valor de la protesta justa y equilibrada, que tienda al bien común, a la honradez, al buen juicio.
Sueño ver alguna vez a mi querido Iquitos totalmente modernizado su parque automotor, esas carcachas mal llamados «colectivos» de madera de la Empresa «Etuisa» , los llamados rapidos y otras layas de micros de madrea que afean la ciudad deben desaparecer porque el modernismo se alcanza mejorando las unidades moviles pero antes hay que arreglar las pistas porque debe ser terrible invertir mucho dinero con nuevas y modernas unidades de transporte masivo existiendo los inconvenientes de verdaderos «crateres», bueno ya es tiempo que alguna autoridad edil «tome al toro por las astas» porque lo que tenemos ahorita es una verguenza a los ojos de los miles de turistas de otras latitudes…
La clasica del cobarde chantaje…si tu reclamas tu derechos te sacan todas tus deudas habida y por haber….en este pais quien no tiene una deuda?, no se
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