José Vinatea “Crespín” cuenta cómo el maquillaje del payaso camufla duras penas

UN PAYASO RÍE POR NO LLORAR

Crespín junto a su colega payaso
Crespín junto a su colega payaso

José Camilo Vinatea Malafaya, más conocido en el ambiente humorístico como “Crespín”, nos cuenta la difícil labor de hacer reír, aún cuando por dentro alguna pena pesa sobre ellos. El pasado 25 de mayo se celebró el Día del Payaso Peruano y hoy les contaremos la historia de este simpatiquísimo cómico ambulante de 28 años de edad.

Nuestro simpatiquísimo amigo “Crespín” se despidió de la entrevista recitando un pequeño fragmento de una poesía:

¿Hasta qué nivel llegaste a estudiar?

Llegué a terminar mi secundaria, pero no pude seguir mis estudios superiores porque me dediqué de lleno al arte del teatro popular de la calle.

¿Desde qué edad vienes desarrollándote en este arte?

Yo me inicié hace más de quince años, me inicié como payasito de circo a la edad de nueve años, pero ya desde los 12 ó 13 vengo a desarrollarme como cómico ambulante.

¿Eres el único de tu familia que se dedica a esto o lo heredaste de algún familiar?

No, soy el único que me dedico a esto, aunque algunos son músicos y bailarinas, pero como payasito solamente yo.

¿Cuántos hermanos son?

Somos dos hermanos, una mujer y el varón que soy yo.

¿Padre de cuantos hijos?

Ya tengo cinco hijitos, la mejor inversión está en los hijos, pues yo pensaba vender a mis hijitos, pero ya no puedo porque los amo demasiado (entre risas).

Junto a otros colegas hace reír a su público
Junto a otros colegas hace reír a su público

¿Te esfuerzas para darles un mejor futuro a tus hijos?

Claro, es lo que todo padre quiere, que nuestros hijos sean mejores que nosotros, que nos superen.

¿Todos tus hijos están estudiando?

Así es, todos están recibiendo una buena educación, la mayor ya va a postular a la universidad a la carrera de negocios internacionales y yo como padre la estoy apoyando.

¿Qué lugares te permitió conocer tu oficio?

Bueno, yo conozco todo el Perú, además de otros países como Ecuador, Colombia, Brasil, Bolivia y Chile.

¿Desde qué hora estás en el bulevar y cuánto dura tu rutina?

Bueno, acá somos una asociación y cada miembro tiene su horario y eso es respetado por todos, eso varía porque a veces a uno le toca en la tarde y al día siguiente le toca en la noche, pero cada rutina es de una hora, si quieres trabajas solo o con tu pareja de trabajo.

Cuando no estás en el bulevar ¿En qué te ocupas?

Bueno, a veces animo algunas fiestas infantiles, algunos contratitos que salen por ahí y el resto del tiempo le ayudo a mi señora en nuestro negocio.

¿Pudiste invertir en un negocio? ¿De qué se trata?

Con algunos ahorritos fue posible poner nuestra piñatería y con eso ya tenemos un sustento económico estable.

¿Entonces te resulta rentable vivir de este arte?

Bueno, no me da para vivir como rey, pero sí puedo sacar adelante a mi familia, tengo cinco bocas que alimentar sin contar a mi señora, felizmente ella también me ayuda haciendo sus shows porque ella también es payasita.

Muestra su arte en el bulevar
Muestra su arte en el bulevar

¿Qué significa para ti que se celebre en Iquitos el Día del Payaso Peruano?

Bueno, esta celebración ya se está dando en varias ciudades del Perú y ahora se está haciendo por primera vez en Iquitos y significa mucho para todos los que trabajamos haciendo esto. Es el reconocimiento que debe tener todo payasito.

¿Qué consejos darías a todos aquellos niños o jóvenes que desean seguir esta vocación?

Yo les pediría que estudien mucho, la calle es muy difícil, se sufre mucho así como se ríe. Yo les aconsejaría que estudien una carrera que es mucho mejor que esto, ahora si quieren estudiar teatro bienvenido sea.

¿Cuán difícil es trabajar haciendo reír cuando por dentro estás dolido por algo?

Es muy difícil, trabajar con un dolor profundo del cual nuestro público no es culpable y no tiene por qué pagar por ello, por eso nosotros dejamos nuestras penas a un lado para hacer reír al público, por eso reza un dicho: “el payaso ríe por no llorar”.

 

Es el payaso en esta vida,

a quien Dios lo destinó a sufrir,

pues tengo que hacer reír,

aunque tenga mi alma herida,

Con una sonrisa fingida

tengo penas que ocultar,

Si el payaso podría hablar

y contar sus amarguras,

Hasta las almas más duras

conmigo vendrían a llorar,

Al ver mi cara pintada,

todos ríen con placer,

Si llegaran a comprender,

que mi vida es desgraciada…

… tal vez dicho sin sentido,

Esta humilde composición,

Solo un aplauso yo pido

Para llevarlo aquí en mi pecho,

Como payaso agradecido,

y buen loretano que soy.

 

Escribe: Randy Wagner Ríos Gutiérrez

randyriosg@gmail.com

1 COMENTARIO

  1. ese » crispin» un vacilon cuando la hace de shakira…. o con el chato…. jaja
    jaja grandes recuerdos de ese boulevar!

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