Hungaritos Agustinos
ESCRIBE: El Compañerito
Ese equipo fue una maravilla. Era una mezcla de lo foráneo y lo auténtico. Desde el entrenador hasta los hinchas. Era imposible no aplaudir sus jugadas. Las atajadas de Marden Macedo ahogaban el grito de gol de los rivales en pleno Estadio Nacional. La tranquilidad de Meléndez, Ángulo, Ramírez y Román detenía todo intento de acercarse al área chica y grande. Porque eran unos chicos que se agrandaban.
En el medio campo no había medias tintas. Ferreira, “candelita” Rengifo y “timón” Sandoval daban tranquilidad en los momentos de zozobra y creaban zozobra en el arco rival cuando la hinchada se intranquilizaba. Sandoval era el timón del equipo aunque su apelativo se debía a otras circunstancias ajenas al fútbol. Candelita tenía unos pies que imitaba las manos de los malabaristas. Ferreira con ese correr sin prisa ni pausa marcaba la pauta del equipo.
En la delantera estaba este trío: Adriel Cardama, Jorge Navas y Oscar Calvo. Un trío que pedía de par en par. ¿Me entienden? Aún debe permanecer en la retina de los aficionados ese golazo de tiro libre de Adriel que marcó el inicio de un triunfo inolvidable. Grande esa derecha de Cardama como demostrando a los incrédulos que los chatos siempre estarán vigentes en el fútbol. El dribling que le ponía Calvo se comparaba sólo con las payasadas que hacen los jugadores cuando saben redondear jugadas. La solidez auténtica de Navas daba al equipo la fortaleza que algunos menospreciaban.
A los dirigentes de esa época hay que agradecerlos aunque el desprendimiento de esos tiempos tenga que ver con negocios ajenos y contrarios al fútbol. Pero no importa. Porque la alegría que se dio en ese diciembre de 1985 a todo el pueblo de Iquitos sólo es comparable con lo vivido ese mismo mes del 2008 cuando CNI regresó al fútbol profesional. Henry Perales fue el artífice de ese logro. Aunque después no pudo reiterar esa campaña cuando CNI necesitaba retornar al fútbol profesional. Porque eran otros tiempos y se carecía de otros billetes. Han pasado 25 años de esa celebración. Y hoy seguimos con el pecho elevado porque ese equipo le ganó no sólo a “Tejidos la Unión” sino a la adversidad y a los pesimistas de toda la vida. La alegría fue del pueblo, el éxito de esos muchachos.
quisiera saber sobre otro jugador del Hungaritos su nombre es Otto Gonzales Pinedo. Que equipazo de ese entonces, recuerdo cuando jugó con la «U» en el Max Austin fue una tarde inolvidable,fue en el «85.
Los comentarios están cerrados.