En su segundo día de paralización, trabajadores del Hospital Apoyo Iquitos se movilizaron por las principales arterias de la ciudad, cargando de manera simbólica un ataúd.
Personal desconfía de la palabra del gobernador Elisbán Ochoa, que anunció que rescindieron el contrato con la empresa contratista y el gobierno regional asumirá la obra del Nuevo Hospital Iquitos, cuya construcción concluiría entre 4 a 5 meses.
“Ya serán 8 años que nos tienen de esta manera, hemos estado tranquilos esperando en un local que se deteriora. Para el 90 % de los trabajadores no es creíble, por eso estamos en las calles”, indicó el vicepresidente del cuerpo médico.
Desconfían que el nosocomio se concluya en la gestión de Ochoa, quien en su momento indicó que en mayo pondría a 200 personas para que retomen la obra, lo que consideran que es una decisión política más no técnica.
“Ese no es un trabajo de médicos, sino técnico”, precisó.