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Los síntomas de cáncer infantil se asemejan a muchas otras enfermedades de la infancia, por lo que es difícil (e incluso obstaculiza) un diagnóstico a tiempo. La diferencia es que la mayoría de las enfermedades de los niños (que por lo general son causadas por los virus) desaparecen entre los siete y los diez días, lo que no ocurre cuando se trata de cáncer infantil.

Hay que tener en cuenta que los niños no son adultos pequeños. Su fisiología es diferente y la manera en que se manifiesta el cáncer infantil, también es diferente. Por lo general no hablamos sobre «Prevención del cáncer infantil», ya que hoy día la mayoría de las causas no se pueden identificar.

 

¿Cuáles son los síntomas más comunes de cáncer infantil?

Pérdida de peso, continua y sin causa aparente.

Dolor en los huesos y las articulaciones después de haber tenido actividad física, o jugado.

Dolores de cabeza acompañados de vómitos, generalmente por la mañana.

Hinchazones que no desaparecen, sobre todo en el cuello, las axilas, la ingle y el abdomen.

El aumento del volumen del vientre.

Petequias, es decir, pequeñas manchas de color rojo vivo que aparece en la piel a causa de una hemorragia subcutánea.

Moretones o hematomas que aparecen sin que haya habido golpes previos.

Un resplandor blanquecino en los ojos cuando la retina se expone a la luz, como si fueran destellos.

Cansancio y palidez constante: Anemia.

Fiebre persistente de origen indeterminado o desconocido.

Infecciones frecuentes: baja inmunidad a las enfermedades.

En caso de identificar uno o varios síntomas de estos en tu hijo acude al médico, si persiste el problema después del tratamiento, insiste en un diagnóstico más cuidadoso o busca una segunda opinión médica.