Jesús Dávila Shapiama, ¡presente! Claudia Falen, ¡presente! Fernando Córdova, ¡presente! El primero representó a Julio C. Arana y caminó por los mosaicos que quizás su personaje andó por los años de 1910 y demás. La segunda fue una de las modelos que paseó su garbo y belleza por los pasillos de la Gobernación. Y el tercero dirigió la orquesta de cámara que musicalizó decentemente la noche. Todo ello ocurrió en la inauguración de la muestra fotográfica sobre la época del caucho que se inició el viernes en la sala de exposiciones temporales del Museo Amazónico y que va hasta el 7 de febrero y está abierta hasta las diez de la noche todos los días. En ese lugar hoy se respira pasado, presente y futuro. Del bueno, malo y feo. Pero todo ello tiene que servir para que la agenda cultural en Iquitos sea amplia en todo el sentido de la palabra. Que las instituciones y personas que promueven actividades culturales entren en una competencia por ver quién o quiénes hacen mejor las cosas. Que se erradique la huachafería, la chabacanería y triunfe el buen gusto. Que los visitantes y oriundos se mezclen en las salas y disfruten de las exposiciones. Este año tiene que ser el de las actividades bien hechas. Hay que seguir los pasos de San Agustín cuando decía que “no basta hacer cosas buenas sino hacerlas bien”.
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