El tiempo anda enredado que nos despista. Algunos dicen por aquí, en este lado de la península, que se ha alargado el veranillo de San Miguel y por eso todavía se goza de un buen clima de sol y del ambiente fresco. Por esta temporada hace unos años el tiempo estaría más revuelto de lluvias pero estas todavía no han aparecido en el cielo. Los mapas del tiempo todavía están mostrando tiempos calientes, La transición del verano hacia el otoño se ha ralentizado. Tenemos veranos más calientes e inviernos más cortos pero con intensidad de frío. El tiempo intermedio del otoño se hace más corto. El tiempo no es el mismo desde hace unos años; lo han advertido hasta la saciedad los científicos si vamos en esa carrera contra la naturaleza nos aproximamos hacia un abismo. Hay hábitos que cambiar. Pero no quieren escuchar. Se tapan los ojos, los oídos y se callan. La tierra está cambiando a un ritmo frenético que no es el más óptimo. Una muestra de estos cambios se puede notar en los apuntes de un interesante libro de título “Cambio climático y fauna silvestre en la Amazonía peruana. Impacto de la sequía e inundaciones intensas en la Reserva Nacional Pacaya Samiria” de Richard E. Bodmer, Tula G. Fang y otros (Fundación Latinoamericana para el trópico Amazónico- Fundamazonia, mayo 2014). El libro está acompañado de unas excelentes viñetas fotográficas dignas de una gran muestra itinerante a lo largo de la Reserva Nacional Pacaya Samiria y fuera de ella porque pudiera ser un buen aliado para sensibilizar a los sectores políticos y población en general sobre el cambio climático. Una de las conclusiones, en otras, y un aldabonazo a los diferentes actores en esta parte de la floresta es que el cambio climático está empezando a tener impacto en la sostenibilidad de los recursos naturales sobre las poblaciones Kukama que viven dentro y alrededor del área natural protegida. Se advierte esto en la caza y en la pesca de acuerdo al monitoreo seguido. Es un libro que nos despierta del letargo que, a veces, asola, este lado de la Amazonía. Ojalá abriéramos los ojos, estamos todavía a tiempo.
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