El amor es lo último que se analiza en un matrimonio, al menos eso parece estar pasando en el matrimonio de Randy y en los últimos matrimonios que he presenciado, es más estoy casi seguro que ha sido siempre así y no tiene porqué cambiar en el caso de mi amigo. “Claro que el amor es importante”, habrá pensado él y su novia antes que decidieran casarse pero seguro que antes que ponerse a pensar en cuántas toneladas de amor requieren para pasar a la otra orilla de la vida y presentarse ante la sociedad como esposos, primero están pensando en la cantidad de comida, trago y atenciones que tienen que dar a un grupo de casi desconocidos que están esperando que llegue este momento para devorar todo en cinco minutos y tomar el licor más rico, seguramente el más delicioso porque obviamente es gratis.
Por eso, en vez de verlo gracioso y alegre, bromista como ha sido siempre, dicharachero y jovial con todos, ahora se le observa oscuro, sombrío y hasta medio enfermo. Lo mismo no piensa su novia, claro, porque para las mujeres siempre las cosas materiales y la felicidad llegan del cielo y no necesariamente de los números, montos, lugares, y recibos que hay que atender para un matrimonio. Por eso tal vez piense en que mejor sería decirle que abandone esta empresa antes que termine destruyéndolo a él y todo su futuro, porque antes de la mencionada catapulta a la desilusión, vivía una vida sin contratiempos, con el desorden propio de los solteros y con las noches al libre jolgorio como mandan la vida de los jóvenes sin ataduras, pero ahora, antes que ya se haya casado esto ha cambiado a tal punto que ha caído el fin de semana en su cama, justo cuando teníamos que hacerle una despedida de soltero. Raro para un novio feliz, que intenta abandonar los placeres, precisamente con más placer.
Pero lo peor no ha sido eso sino la impronta conversación que sostiene en el poco tiempo que ha empezado hablar con los que antes conversaba con naturalidad. Ha preguntado por ejemplo que si el futuro gobierno es del mismo corte que este entonces su profesión podría tener algo de éxito porque si se antepone otros modelos entonces su galopante carrera de marketing comercial sería un desastre porque de Seguro la competencia y el libre mercado no existirían y ha empezado a devotarse de manera ferviente en un partido político, él que apenas se había enterado que Alan García gobernaba el Perú. Empezó a cuestionar la subida de la gasolina que podrá afectar su presupuesto habitual ya establecido para una vida de casados y que si el azúcar sigue subiendo entonces tendrán que racionar la alimentación porque las cuentas sumadas a otros incrementos no podrían ser manejados. Estoen realidad ha desesperado a los que alguna vez vimos en él al hombre más irresponsable del país que apenas diferenciaba el mercado de una iglesia porque algunas veces su ahora novia lo llevaba de la mano los domingos para enseñarle donde tenían que casarse.
Cuando el amor ha sido una comedia, forzosamente el matrimonio tiene que derivar en drama.