Las regiones más afectadas son San Martín, Ucayali y Loreto. Los focos de calor se concentran entre agosto y octubre. Así lo detallan los datos de la plataforma Global Forest Watch Fires, que usa información de la NASA.

En el Perú no se han presentado incendios forestales en las dimensiones de los que se registran estos días en Brasil y Bolivia, arrasando miles de hectáreas de selva, pero constituyen uno de los principales problemas de la Amazonía peruana. En lo que va del año se han reportado 39.687 incendios y focos de calor en todo el país, y el 57% de estos han ocurrido en regiones amazónicas (22.478).

La información de Global Forest Watch Fires, una plataforma de monitoreo basado en imágenes satelitales de la NASA, corresponde del 1 de enero al 21 de agosto del 2019. Los datos recogidos miden las áreas donde la temperatura tiene un comportamiento por encima de lo normal. Incluye incendios forestales, grandes y pequeños, producidos en su mayoría por las quemas agrícolas.

De los siete departamentos amazónicos del Perú, Ucayali es la región que presenta el mayor núnero de incendios en lo que va del año, con 5.483 alertas. La provincia más afectada es Coronel Portillo, con un total 3.205 alertas de fuego. Le siguen la provincia de Atalaya (1.404), Padre Abad (839) y Purús (35).

El segundo departamento con más incendios es San Martín, con una cantidad total de 5.100 alertas. La provincia más afectada es Bellavista, con 1.243 alertas. Luego están las provincias Mariscal Cáceres (605), Tocache (596), Lamas (587), Picota (553), San Martín (540), Moyobamba (348), El Dorado (294), Rioja (186) y Huallaga (148).

La región más extensa de la Amazonía de Perú, Loreto, registra 3.554 en el mismo periodo de tiempo. En Junín, las provincias amazónicas de Satipo y Chanchamayo, registraron 2.634 y 684 quemas, respectivamente. El departamento de Madre de Dios, el más afectada por la minería ilegal, también ha presentado significativos focos de calor en las provincias de Tambopata (1.413), Tahuamanu (1.384) y Manu (148).

En Perú, el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) también registra información sobre los incendios forestales, pero sus reportes solo contemplan focos de calor de gran magnitud o con víctimas. Por ejemplo, entre el 27 de julio y el 21 de agosto de este año la entidad registró solo 8 incendios. Sin embargo, en el mismo periodo, la plataforma de monitoreo de Global Forest Watch Fires identificó 15.549 puntos de calor.

En lo que va del año Ucayali y San Martín registran más de 5.000 incendios y Loreto 3.554

Uno de los últimos incendios reportados por Indeci, se registró en el distrito de Iberia, en Madre de Dios. De acuerdo a los datos de la autoridad en defensa civil, los años más críticos fueron el 2005, el 2012 y el 2018.

En la mayoría de casos, los incendios forestales son iniciados por el hombre y comienzan siendo focos de calor por las quemas de vegetación y pastizales naturales que realizan agricultores y ganaderos.

Malas prácticas agrícolas

El roce es “una práctica agrícola ancestral muy común en el periodo de sequía, que abarca de julio a noviembre y consiste en quemar la vegetación crecida en los meses de descanso de la tierra, con el fin de -según las creencias- mejorar la calidad de las tierras para siembra y ganado”, dice Sidney Novoa, biólogo y director de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA).

En el ámbito legal, explica el abogado experto en derecho ambiental, César Ipenza, “para regular los incendios forestales solo existe un plan de reducción de riesgos de parte del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).

Este documento detalla las graves consecuencias de estos incendios: alteración de los ecosistemas; debilitamiento de los árboles, dejándolos susceptibles al ataque de plagas y enfermedades; destrucción del hábitat natural de los animales silvestres y la exposición de estos al ataque de depredadores y el incremento de muertes de especies.

Las quemas e incendios en la Amazonía ocurren con frecuencia entre agosto y setiembre de cada año. Así lo muestra el análisis de los datos registrados en la plataforma de Global Forest Watch Fire, durante los últimos 17 años.

Impactos en la salud

Los incendios forestales generan también impactos a la salud y el ambiente. El humo y los gases de dióxido de carbono (CO2) quedan suspendidos en el aire y los vientos pueden arrastrarlos hacia zonas urbanas. Pueden generar enfermedades en las vías respiratorias, dolores de cabeza, fiebre y enrojecimiento de la vista.

El incendio más reciente registrado en Iñapari, capital de la provincia de Tahuamanu en Madre de Dios, presentó hasta el último jueves una calidad de aire crítica. La plataforma Purple Air, que monitorea la calidad de aire en todo el mundo, reportó el jueves 22 de agosto niveles de contaminación críticos en el aire (152 partes parte por millón en material particulado).

Este aumento de CO2 en el aire, corresponde en parte a los incendios forestales ocurridos en Iberia en el mes de agosto. Además, se observa que el 17 de agosto se presentó un pico de 552 partes por millón, que revela un estado de emergencia para la salud de la población.

La ciudad de Iñapari también se encuentra relativamente cerca a otros puntos de alta contaminación por su proximidad al territorio brasileño y que podrían estar relacionados a los incendios forestales activos. (Ojo Público)